Milenio Hidalgo

“NO GRABO PORQUE NO TENGO NADA MEJOR QUE MIS ÉXITOS”

Amanda Miguel, quien se presentará este miércoles en el Auditorio Nacional, habla de por qué sigue vigente en la música después de 37 años, del diálogo que tiene con sus fans gracias a internet y de cómo ha mantenido a su familia unida

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A manda Miguel no suelta su abanico, es parte de su personalid­ad, al igual que su larga y risada cabellera y ese timbre de voz, con el que en la década de los 80 se dio a conocer y más tarde se encumbró como una de las más exitosas cantantes de aquella época; dice que le ayuda a aminorar los nervios que a casi 40 años de trayectori­a aún siente cuando está en una entrevista o frente al público.

Así que antes de que el rostro se le perle de sudor, lo acciona; al tiempo que se sienta, una vez que le han retocado el maquillaje. Luce feliz, emocionada y expectante ante la cita que la espera el próximo miércoles en el Auditorio Nacional, donde presentará su show Solita y sin ataduras.

En el pequeño salón del Hotel Marquis, apenas se percibe la reproducci­ón de su voz al ritmo de “Así no te amará jamás”, “Él me mintió” y “Las pequeñas cosas”, algunos de sus éxitos, antes de iniciar la entrevista en la que reconoce que después de tantos años de vivir en México, ya se siente “mexicana”, aunque el acento argentino que no ha logrado perder del todo delata su identidad.

Estás lista para tu concierto en el Auditorio Nacional, el show lo has titulado Solita y sin ataduras, eso define, de alguna manera, cómo ha sido tu trayectori­a, ¿no?

Sí, una larga trayectori­a, en la que ha habido de todo. Estoy cumpliendo 37 años de carrera, me faltan tres para los 40; aunque estoy muy joven todavía (risas). Y sí estoy lista para ofrecer un show divino, lleno de canciones con mensajes, porque mi música tiene muchos mensajes, cualquier canción mía te deja algo que pensar.

Sin embargo, tus éxitos, que han sido muchos y han trascendid­o, han hecho que te vuelvas una clásica de la música…

Sí, yo digo que sí, por todo el repertorio que tengo y que me hace sentir como una mujer privilegia­da, porque tener canciones como las que tengo te hace la vida, te hace en el escenario, porque son unas melodías y unas letras, bonitas; cantarlas, interpreta­rlas es un gozo para mí, es un regalo muy grande de Dios.

¿Qué has hecho para sobrevivir a los cambios, en la industria musical y en la forma de consumir música, cómo logras la vigencia?

Te vas adaptando, este mundo es o te adaptas y te actualizas o te mueres, son las cosas que tienes que hacer; sí o sí. Y, bueno, en muchos aspectos, Diego (Verdaguer, su esposo), que ha sido el empresario e incluso podría ser el ejecutivo de una compañía de discos grande, se ha encargado de que todo nuestro material esté presente, y adecuado a los cambios que ha habido. Él ha trabajado mucho en eso.

Nosotros a finales de los 80 abrimos nuestra compañía de discos, y en ese aspecto nos adaptamos mucho a los cambios de la industria, porque tenemos todos nuestros discos digitales ordenados.

Y en cuanto a la composició­n, mi marido ha estado muy vigente, y yo saqué un disco en 2015 que se llama Ochenta/15, que produjo mi marido con algunas canciones de los 80 y algunas nuevas; pero he decidido no grabar últimament­e, porque no tengo nada mejor de lo que tenía; entonces por ahí me espero un poco más a tener algo que valga la pena que grabe.

Porque para éxitos, de verdad tengo un montón. Incluso para los

shows, tengo tantos que puedo estar cambiando el repertorio y queda muy bien el espectácul­o.

Entonces, en este momento, no es algo que a mí me urja grabar y sacar un disco; además, la industria, como cambió tanto que tampoco te tocan tanto en el radio como antes; que si a la gente le gustaba algo, también opinaba.

Ahora muchas cosas funcionan más que nada porque están en internet, pero no se están fijando realmente porque tienes tantos views, sino más bien se fijan en quién está en el pop y eso es lo que está funcionand­o. Qué sé yo.

¿Tú estás a favor o en contra de las nuevas fórmulas, como el internet?

Siento que internet y todo lo digital nos han ayudado muchísimo para tener contacto directo con el público a través de internet. Yo tengo mucha comunicaci­ón con la gente que me escribe de cualquier parte del mundo, eso es maravillos­o, y antes no lo tenía, no podíamos dirigirnos a una persona que estaba en Italia y que estaba escuchando nuestras canciones; te hacían una carta, pero llegaba en una eternidad; y a veces la carta se paraba en la compañía de discos y la compañía no te la hacía llegar, nunca te enterabas. En cambio ahorita te puedes comunicar por internet. Internet es una maravilla.

Lo que sí no está tan bueno para los niños. Que los padres a veces se desentiend­en de los hijos, les entregan la tableta y pues ya no los cuidan. Y eso no está tan bueno, pero para los artistas internet ha sido beneficios­o.

Dices que no quieres grabar porque no tienes canciones mejores que tus éxitos, los cuales fueron muchos, ¿qué pasa con la inspiració­n, se acabó?

Sí, qué canciones tan espectacul­ares, es un repertorio maravillos­o el que tengo. Pero creo que los artistas por momentos se toman sus lapsus, no quiere decir que ya no vaya a grabar nunca. Sí tengo pensado hacerlo, pero quizá voy a hacerlo con mi música, en lugar de seguir haciendo baladas, que me encantan; voy a hacer música más de relax, más instrument­al, más como “Las Amandas al piano, 1, 2 y 3”, más así, y más a lo mejor etéreas, sin tanta letra, pero sí cantadas.

En tu presentaci­ón en el Auditorio estarás compartien­do el escenario con Diego, tu hija (Ana Victoria) está produciend­o el show, eso también se ha vuelto clásico, que trabajes en familia; una familia que además se ha mantenido por muchos años, ¿cómo lo logras?

Con mucho amor, admiración, respeto y cuidado, porque no es fácil tener una familia bien; porque hay muchas familias que sí están, pero no se hablan. Nosotros gracias a Dios nos amamos, cuidamos, somos muy felices, cualquier problema que tenemos tratamos siempre de solucionar­lo. No es fácil, pero hay voluntad de arreglar las cosas.

Aunque realmente es muy difícil porque a veces Diego tira para la derecha y yo tiro para la izquierda; entonces, es difícil, pero tenemos la voluntad de arreglar las cosas siempre; y sí es difícil porque nos toca el escenario, nos toca la casa, nos toca ir juntos, pero Ana Victoria es un ángel que llegó a mi vida a darme pura luz, a cuidarme, a guiarme, a ayudarme en los momentos difíciles; porque a veces uno tiene mucho que aprender de los hijos. A mí me ha pasado que sigo aprendiend­o mucho de mi hija.

¿Se cumplieron los sueños de la chica que llegó de Argentina a México?

Sí, a mí siempre me llamó la atención México, igual que a Diego; México es un país muy querido para los argentinos, siempre ha sido muy amado y visto, muy lejano, pero con mucha tradición. Yo salí muy jovencita de la Patagonia, llegué a Buenos Aires muy jovencita y conocí a mi marido y no me separé nunca más de él. Él me trajo para acá, y ya llevamos tantos años acá, que mucha gente piensa que soy mexicana, incluso en mi país piensan que soy mexicana; y conozco más México que mi patria.

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El concierto que ofrecerá el miércoles lo compartirá con su esposo, Diego Verdaguer.

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