“Siempre he visto por la música alternativa”: Gustavo Santaolalla
“Siento que el futuro del rock no está en Estados Unidos ni en Inglaterra, sino en otros lugares del mundo”, dice el argentino
Aunque vive en Los Ángeles desde 1978 a consecuencia de la dictadura argentina, constantemente viaja a distintas partes del mundo. Por ello, dice en entrevista telefónica: “Me siento enteramente miembro del planeta y no de un lugar específico. En Los Ángeles me sentía como en Roma, como en la cabeza del imperio. Aunque hay muchas cosas que detesto, sentí que era un lugar en el que iba a poder aprender cosas que me interesaban de los discos y de la música con la que crecí”. Con ese conocimiento, comenzó a producir discos de grupos y solistas como Los Prisioneros, Divididos, Árbol, Maldita Vecindad, Caifanes, Julieta Venegas y muchos otros. “Esto me llevó a tener un sello, el cual tenía que ver con el concepto de que, como latinoamericanos, no teníamos nada que envidiarles ni a ingleses ni a los estadunidenses en el contenido de la música. Sentía, y siento, ahora más que nunca, que el futuro del rock no está en Estados Unidos ni en Inglaterra, sino en otros lugares del mundo”.
Gustavo Santaolalla tiene muy claro su papel protagónico en el hecho de que el mundo haya reparado en el rock latinoamericano. “Humildemente fui uno de los responsables de colocar el rock en español y la música alternativa hispana en el mundo, porque no era conocida. Especialmente de
Qhapaq ñan. Desandando el camino, que es un viaje más introspectivo, de un claro contenido espiritual”.
Se trata de un viaje muy íntimo, agrega el músico. “Es una experiencia singular porque es un disco que nunca había tocado en vivo. Hay una atemporalidad en la música, lo que hace al disco vigente y hasta moderno. En cuanto a las letras, sigo teniendo los paradigmas que tenía cuando era un muchacho, que tienen que ver con: ¿a dónde vamos, de dónde venimos?, la vida, la muerte… Siento que tengo un instrumento mucho mejor: mi rango vocal ha crecido en estos años —raro, pero así es— y me puedo plantar frente a un texto que escribí hace mucho con un peso distinto”.