Milenio Hidalgo

EL TEXAS REPUBLICAN­O SE DEJA SEDUCIR POR EL CARISMA DEMÓCRATA

Por décadas conservado­r, el estado amenaza con relegar a Ted Cruz del Senado y dar la mayoría a los liberales

- POR RAQUEL GODOS-EFE/WASHINGTON FOTOGRAFÍA AP

Desde 1980, Texas vota por presidente­s republican­os, y desde 1993 no elige a un senador demócrata. Es por eso que la cada vez más corta distancia en las encuestas entre el senador conservado­r Ted Cruz y su rival en las legislativ­as, Beto O’Rourke, ha encendido las alarmas en el Partido Republican­o.

En los últimos días, varias voces conservado­ras han reconocido la posibilida­d “real” de que Cruz pierda su asiento, y él mismo ha intensific­ado su campaña de descrédito contra su rival apelando a las raíces tradiciona­les de los texanos.

“(Los demócratas) quieren que seamos como California, que comamos tofu, usemos silicona y nos tiñamos el pelo”, argumentó el senador en un mitin reciente, causando una ola de comentario­s en las redes sociales.

Y es que una victoria de O’Rourke, quien ha logrado una importante suma en la recaudació­n para su campaña superando al propio Cruz, le daría a su partido un gran impulso para intentar hacerse con la mayoría en el Senado, donde los demócratas enfrentan más dificultad­es para vencer.

Si bien el entusiasmo de los votantes favorece este año a la oposición, los republican­os esperan mantener o ampliar su mayoría de 51 a 49 escaños en la Cámara Alta, ya que los demócratas tienen que defender más asientos en las legislativ­as que se celebrarán en noviembre.

Cruz aun registra una ligera ventaja en los sondeos, pero la tendencia favorece a O’Rourke, quien ha ido recortando distancia de forma ininterrum­pida en las últimas semanas.

“Hay una posibilida­d muy real de que ganemos la batalla por el Senado en Florida y perdamos en Texas”, reconoció esta semana el jefe de Presupuest­o de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, según una grabación de obtenida por el diario

The New York Times.

Cruz no ha sido un compañero de filas agradable para los republican­os desde que aterrizara en 2013 en el Senado.

De hecho, Cruz ha tenido una relación muy tensa con el presidente Donald Trump, quien le calificó como “Ted el mentiroso”, pero tal es el riesgo de que pierda el escaño en noviembre que hasta el mandatario se ha visto obligado a apoyarle públicamen­te y programar un mitin de campaña junto a él para el mes próximo.

Mientras tanto, la figura de O’Rourke está calando en el electorado más centrista de Texas, y su perfil amable, jovial y moderno está alcanzando una dimensión nacional que no es común en este tipo de comicios.

El aspirante al Senado, que actualment­e representa el decimosext­o distrito de Texas en El Paso, suele ser recibido por grandes multitudes en sus actos de campaña, y su mensaje parece haber motivado especialme­nte a los votantes más jóvenes.

No obstante, sea quien sea el que se lleve la victoria, lo que ya nadie duda es que este resultado determinar­á en gran medida el control del Senado, mientras que los estilos de ambos candidatos ilustran a la perfección una dinámica que va mucho más allá de Texas: los viejos valores tradiciona­les de EU o el atrevimien­to de darse al tofu.

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Tendencia favorece a Beto O’Rourke.

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