“¿Ya vamos a gritar viva México, papá?”
Un personaje sale del balcón pero el festejo no es suyo, es de los asistentes, los que verdaderamente hacen valer la celebración...
E l grito ¡viva México! no sólo se lanza cada 15 de septiembre, en algunas plazas del país se vive, resuena y se respira; la explanada de Pachuquilla, Mineral de la Reforma no es la excepción, a pesar de que son pocos los reunidos en esta sede la pasión con que se vive se equipara a cualquier otra plaza de México.
El olor a comida asada inunda el espacio, el frío que se percibe a casi media noche es únicamente un aliciente para mejorar el sabor de las bebidas que ofertan los diferentes puestos semifijos; aguas de sabor, refrescos, café y una gran variedad de bebidas alcohólicas mitigan el frío y calientan el corazón de los presentes, ¡Viva Hidalgo! La música hace eco en todo el recinto de la cabecera mineralre formense pero se acalla con los gritos de los presentes, buscan vivir la pasión, la libertad por la que se luchó hace 208 años y se conmemora con esa misma fiereza con la que los héroes de la nación lucharon por la independencia.
Música prehispánica recorre la explanada de la presidencia municipal todos están expectantes del vuelo de los acróbatas provenientes de Veracruz, demuestran una de las grandes virtudes de todo mexicano que es saltar al vacío para dejar atrás los miedos. Los “Voladores de Papantla” hacen vibrar a los presentes recordando una época diferente pero nunca dejando atrás las raíces de todo mexicano.
Trompetas y tambores reemplazan rápidamente las notas prehispánicas, es el preludio a la celebración de la independencia del país, la bandera tricolor hace su arribo ante los cientos de personas reunidas
para gritar en conjunto, para que las voces se hagan una misma y recuerden que la libertad es algo por lo que vale la pena vivir y, como dicen algunos himnos, hasta morir por ella, ¡Vivan los héroes que nos dieron independencia!
“¿Ya vamos a gritar Viva México papá?”, pregunta un pequeño cuya voz recorre el recinto pero su rostro se pierde entre la multitud, “Ya mero hijo”, responde el padre, mientras miran con paciencia el palacio municipal en espera de que suene la campana que simboliza la libertad.
Un personaje sale del balcón pero el festejo no es suyo, es de los asistentes, los que verdaderamente hacen valer la celebración, los fuegos artificiales vuelan por los aires e iluminan la noche dejando claro que los colores más vistosos en septiembre son el verde, el blanco y el rojo.
¡Viva México!