MASIVA RESPUESTA A SIMULACRO DEL 19-S.
La alarma no deja de sonar, es un ruido que taladra los oídos. Primero se escucha el anuncio de alerta. Hay un simulacro de pánico en primer y segundo piso y otro de incendio en el tercero
Trabajadores de gobierno del estado realizaron con éxito un simulacro mayor donde se atendió una emergencia de sismo con heridos e incendio. Los municipios de Pachuca, Tulancingo, Tula y Tizayuca se sumaron al ejercicio en sus respectivas demarcaciones con apoyo de Bomberos y Protección Civil, así como ciudadanos.
La alarma sonó de golpe. Una de la tarde con 16 minutos, humo en una las esquinas del tercer piso del Palacio de Gobierno. Una voz acompañó al sonido de alarma: “alerta sísmica”.
Es un conato de incendio. El humo es del extintor. Hay gritos. El personal de gobierno comienza a descender del cuarto piso, el tercero, el segundo, el primero. Se dirigen Plaza Juárez.
Los burócratas bajan a paso lento, mujeres, hombres, personas con chalecos de un verde fosforescente.
Una brigada de protección civil de gobierno auxilia a dos personas del tercer piso, han sufrido quemaduras tras el incendio. El humo del extintor nubla la vista.
La alarma no deja de sonar, es un ruido que taladra los oídos. Primero se escucha la voz que anuncia la alerta sísmica. Después dice que esto es un simulacro, que hay un simulacro de pánico en el primer y segundo piso y que hay un simulacro de incendio en el tercero.
Las personas continúan saliendo, usan las escaleras para desalojar las oficinas del edificio.
El humo del extintor sigue en una de las esquinas del tercer piso. Los gritos no paran. Llega personal del cuerpo de bomberos.
Algunas personas captan el momento grabando los hechos con su teléfono celular, otros toman fotografías.
El primer herido está boca abajo, tinto en rojo de la cintura hacia arriba, parece sangre real, pero es solo es un simulacro. Grita.
La brigada de Protección Civil sigue en el lugar, hay un segundo herido. La alarma sigue atormentando los oídos.
Alguien dice que se necesita más humo, esto debe seguir teniendo realismo. El segundo herido también grita.
Llega la camilla, lo suben, lo sacan y colocan en el pasillo del tercer piso. Sus heridas parecen realces, papel de estraza con tinta roja en el pecho y los brazos, simulan quemaduras. Lo levantan cuatro hombres para llevarlo afuera.
Han salido todos los trabajadores de gobierno y se han colocado en el centro de Plaza Juárez. Están divididos por grupos, se nota en las pancartas que sostienen seis personas con las leyendas: sótano, plantaba baja, primer piso, segundo piso, tercer piso y cuarto piso.
A un costado de ellos hay dos módulos: el de primeros auxilios y el de puesto de mando. Los dos heridos pasan por primeros auxilios, el primero es