Discosting an onaceptabol, again
Yque mi querida Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM nos aplica el viejo tratamiento agua caliente-agua caliente, policía bueno-policía malo así a la malagueña. Justo cuando estábamos celebrando que un culto y fino intelectual como Ricardo Anaya iba a llegar a darle luz y lustre a tan noble institución para dejarla rechinando de limpia, como hizo con el PAN que quedó barrido y trapeado, que se amarra su blúmer y desniega tres veces al ex candidato presidencial, como si no fuera un honor que tan noble y probo político pasara por esas legendarias aulas a dar clases de moral y buenas maneras, morigeración sensorial y estilacho de vida. No se vale.
Es muy probable que la chairiza en pleno, que abunda en aquella escuela donde conocí a vacas sagradas de la academia y la provocación intelectual (abrazos al
maese Delhumeau, recuerdos por don Juan Brom, alucines por Gabriel Careaga, aplausos para el mayextro Benítez...), haya reaccionado a gran velocidad para desactivar un gran fichaje como el de
Ricky Riquín Canayín que, tristemente, es muy probable que acabe en las Academias Vázquez o en el Herman Hollerit. Malaya.
A lo mejor podría de servir de asesor por sus afinidades ideológicas para el Partido Encuentro Social, que gracias a las dádivas de Morena se quedó con las comisiones de Salud, Cultura y Cinematografía de la que por su naturaleza confesional y espíritu medieval acabará por regresarnos, como exigen estos tiempos decadentes, por lo menos 300 años para atrás. Algunos justifican la decisión alegando que aunque pretendan regresar a la lógica del catecismo del padre Ripalda y el Manual de Carreño, la mayoría morenista los mandarían siempre 20 yardas para atrás, lo cual estaría mal porque ya es tiempo de que se acabe tanta pécora, tanto desbalagado.
Acá lo que llama la atención es que quien más han criticado lo del PES no ha sido tanto la izquierda y el círculo rojo borgoña, sino los ultraderechosos que en realidad estarían más cerca del pensamiento de Encuentro Social, curiosamente.
Incluso no me extrañaría que Osorio Chong también quiera asesorar al PES en sus regresiones; si defendió en pleno cuarto aniversario de los 43 de Ayotzinapa la veldá histórica pero histérica (hasta ha de querer que le pidan perdón a Murillo Karam) como hubiéramos querido que nos defendiera del crimen organizado con su supersecretaría balín. Lo que es querer ser como Javidú, un soldado del Presidente.