Espera feria alcanzar más visitantes en 2018
Son diez las hectáreas de juegos mecánicos, alimentos, eventos musicales y deportes los que forman parte de la oferta en el evento
LElizabeth Hernández/Pachuca as 10 de la mañana y los comerciantes que tienen puestos dentro de la Feria de San Francisco Pachuca inician su jornada. Algunos cargan bolsas con carne, otros costales de chiles jalapeños, cebollas, así como paquetes de vasos, platos y popotes. El estribillo del tema de la Feria se repite sin cesar: “ven a disfrutar de la magia que hay aquí, ven a conocer la feria más famosa del país” y así, al ritmo de la música, las botargas de los cuatro principales personajes de esta Feria: Capi, Altin, Betico y Nenito dan la bienvenida a los visitantes.
La música se detiene y aparece Rafael Hernández Olín, director general de la Feria de Pachuca, quien da la bienvenida a representantes de medios de comunicación e inicia con entusiasmo el tradicional recorrido anual. “El año pasado tuvimos 815 mil visitantes, este año queremos más y trabajamos para que la gente salga contenta”, indicó Hernández, mientras presentaba el Corredor de las Haciendas, un pasillo enmarcado con fachadas de casas coloniales, que le da un toque cálido a la entrada de la zona gastronómica, donde sus visitantes pueden consumir pozole, tostadas de tinga, gorditas, tacos al pastor o los tradicionales pastes.
Mientras Jorge “torea” los chiles jalapeños dice: “ayer no hubo mucha gente, pero esperamos se mejore el día de hoy”, mientras que su esposa prepara la masa para hacer las gorditas que “el año pasado, fueron un éxito” y espera que en este también lo sea.
Enrique, encargado de un puesto de tiro al blanco, que a esa hora del día permanece cerrado, observa cómo decenas de reporteros, fotógrafos y camarógrafos se amotinan en el Mega King Tower, un juego mecánico de 88 metros de altura. Enrique alza la vista hasta donde la luz del sol lo deja ver: “de loco me subo “, dice, mientras escucha gritar a los valientes que regresan en caída libre.
El Titán, un juego italiano y que de lejos parece un martillo gigante, también se llena de reporteros que se animan a subirse, pero sus gritos se escuchan a 55 metros, altura que tiene el juego. Descienden nerviosos, despeinados pero con una gran sonrisa.
Capi se toma la cabeza, salta y exclama: “hace calor”. Javier, el botarguero, espera impaciente que acabe el recorrido para refrescarse, volverse a disfrazar y dar la bienvenida a los visitantes de esta Feria que concluirá el 21 de octubre.