Teporingo no se extinguió: Semarnat, Conanp y Conabio
Para declarar que una especie o una población ha desaparecido formalmente se necesitan más de 50 años de ausencia de ésta, afirman las instituciones
La presencia del teporingo, zacatuche o conejo de los volcanes (Romerolagus diazi) en el Nevado de Toluca nunca fue confirmada, por lo que no se puede declarar extinto en esa región, informaron la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en conjunto con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio).
“Para declarar que una especie o una población se ha extinto formalmente se necesitan más de 50 años de ausencia de ésta. Debido al estatus incierto de las poblaciones de zacatuche en el Nevado de Toluca, no es posible asegurar que el también conocido como conejo de los volcanes se ha extinto en este sitio”, informaron.
Según un artículo reciente publicado por la UNAM global, se daba a esta especie como extinta en el Nevado de Toluca, ya que en la última investigación, hecha en 2017, por el Centro de Investigación en Ciencias Biológicas Aplicadas de la Universidad Autónoma del Estado de México, no se detectaron ejemplares. Además, desde 2003 biólogos habían informado de la posible desaparición. Rastros en la zona En un comunicado conjunto, la Semarnat dijo que el último registro de la presencia del zacatuche en el Área de Protección de Flora y Fauna Nevado de Toluca data de 1975 (Ticul-Álvarez, 1975), pero en un estudio publicado en 1987 por el experto en estos temas, Jurgen Hoth, señaló que no se encontraron rastros de esta especie en el Nevado de Toluca; sin embargo, en 1998 Gerardo Ceballos, uno de los biólogos más importantes de México y el mundo, y sus colaboradores vuelven a registrar excretas, sin confirmarlas completamente.
Además, existe información anecdótica sobre la posible introducción en la década de los 80 de zacatuches capturados en la zona de Parres, Morelos, y llevados al Nevado de Toluca, pero esta información tampoco ha sido confirmada, refirió la dependencia. “La información genética generada para poblaciones de zacatuche en gran parte de su distribución, indican que la variabilidad genética de la especie es alta, similar incluso a otras especies de conejos que no están en peligro de extinción, y que, pese a la fragmentación de su hábitat, aún existe flujo genético entre ellas, con lo que se puede señalar que la especie es genéticamente sana”, detallaron. Distribución En 1996 su área de distribución se calculó en 352 kilómetros cuadrados por lo que abarcaba los Volcanes Pelado y Tláloc, Sierra de Chichinautzin y Sierra Nevada; sin embargo, recientes investigaciones han descubierto nuevas poblaciones en el Área de Protección de Flora y Fauna Corredor Biológico Chichinautzin, Parque Nacional Tepozteco, Parque Nacional Iztaccíhuatl Popocatépetl y en el Parque Ecoturístico Piedra Canteada de Tlaxcala.
Según Conabio, en donde sí existen registros, documentados en www.naturalista.mx es en la zona de los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl, en el Parque Nacional Lagunas de Zempoala y hasta en Santiago Tianguistenco.
La Conanp emprendió en 2007 trabajos conjuntos con la Universidad Autónoma del Estado de México (Uaemex), entre otras.
En el año 2014 se construyó el Centro de Reproducción y Conservación del Conejo de los Volcanes, con el objetivo de contar con un espacio para realizar estudios de manejo y conservación de la especie.
La Semarnat detalló que en 2015 investigadores de la Uaemex realizaron muestreos para la búsqueda de la especie en hábitats potenciales del Nevado de Toluca basado en el uso de cámaras trampa y la presencia de excretas, como resultado se colectaron algunas de éstas que coinciden en su morfometría con las del zacatuche; sin embargo, en esa área protegida se encuentran dos especies con las que pueden confundirse y solo un análisis de ADN puede diferenciarlas.
En 2018, la Conanp desarrolló un estudio con la Universidad Autónoma de Morelos, encabezados por el doctor José A. Guerrero, para confirmar la presencia de la especie en la parte norte y oriente. Ahora están a la espera de los resultados de las pruebas de ADN. M