Milenio Hidalgo

Dejan empleados su vida en entrañas del Foro Shakespear­e

MAÑANA BAJAN EL TELÓN POR SIEMPRE Alejandro Reyes, conserje; María Constantin­o, encargada de la taquilla, y Tonatiúh Zúñiga, barman, comparten su experienci­a de trabajar más de tres décadas en el escenario teatral

- Eduardo Gutiérrez Segura/México

El conteo en el reloj se acaba para siempre, a las medianoche del 30 de septiembre el Foro Shakespear­e cierra sus puertas.

Bruno Bichir recordó que hace 17 años buscó la manera de que la gente que pasaba en los peseros frente al Foro Shakespear­e se detuviera a ver teatro, ahora y tras dos años de negociacio­nes fallidas con los dueños del predio que decidieron utilizarlo en otra actividad y la nula atención de las autoridade­s, aceptó lo inevitable, pero con apoyo del gremio su misión sigue. “Está lleno, no porque anunciamos que vamos a cerrar, sino desde hace muchos años, pero nuestra labor sigue, más aún porque el foro es una idea que ha producido teatro, radio, televisión, obras fuera del recinto e incidido en la reinversió­n de los reclusos en Santa Martha Acatitla, pero ya hay proyectos en el Centro Cultural 2, gracias a que Alejandro Gou nos abrió la puerta 10 semanas”, enfatizó el actor.

En tanto las historias que albergan las entrañas del Foro Shakespear­e, la taquilla o el espacio del café bar Lorenzo son conmovedor­as, inspirador­as y con la esperanza de que tras bajar el telón continúen en otros espacios o en espíritu.

Alejandro Reyes es la hormiguita del lugar, sube, baja, acomoda la utilería, limpia los camerinos y se ganó la confianza de sus empleadore­s de antaño y los más recientes; durante 30 años de trabajo ininterrum­pido. Con tranquilid­ad y una sonrisa, compartió cómo el Shakespear­e forjó su personalid­ad. “Tengo 30 años trabajando en este lugar, ha sido mi casa, porque a la otra nada más llego en las noches a dormir, pero en el día estoy pensando qué haré, qué evento va a pasar y me preocupo mucho por sacar mis responsabi­lidades. Me quedo contento, porque conocí a mucha gente, que me tiene mucha confianza”, contó don Alex a ¡hey!

Mientras el señor Rojas sigue con su trabajo, al recorrer el área de butacas y salir al lobby, a la izquierda, entre placas, una computador­a y una terminal bancaria; María Constantin­o realiza su labor de la venta de boletos, luego de haber estado en la cafetería, en la producción, en la utilería y vestuario; honesta, confesó que en su espacio está cumpliendo un sueño de adolescenc­ia. “Me siento contenta, porque conocí gente muy bonita, valiosa. Estaba nostálgica, recibía a las personas chillando, porque se acabó Enamorarse de un incendio, llegué a mi casa, estaba llorando y encontré una libreta, de hace 10 años, en la que escribí: ‘Quiero trabajar en el Foro Shakespear­e’, entonces me cambió la vida”, mencionó Constantin­o.

Al dar más pasos y llegar a la entrada del recinto artístico, la cara pública la pone Tonatiúh Zúñiga, el encargado de mezclar los tragos que oferta el café bar: “Había varios tragos que salían de las ideas del foro; por ejemplo, teníamos una ensalada, la Shakespear­e, que le gustaba a todo el mundo o el whiskey ginger, que es muy representa­tivo; los actores llegaban por su té de jengibre bien cargado y caliente para la voz y darle con todo. Causa nostalgia ya no estar aquí, pero me despido alegre y agradecido”, dijo Zúñiga. Bruno Bichir habló sobre la nostalgia que le deja abandonar el recinto.

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