Si yo estoy viva, tú nunca estarás muerto
Rumbo a Culiacán conocí a Martha Alicia Camacho Loaiza, víctima y testigo del delito de lesa humanidad de desaparición forzada.
Estuvo detenida en la 9a Zona Militar de Culiacán, Sinaloa, desde el 19 de agosto de 1977 hasta el 6 de octubre de ese mismo año, durante su cautiverio ilegal, nació su hijo Miguel Millán Camacho, el 29 de septiembre, cuyo padre fue detenido simultáneamente a Martha. José Manuel Alapizco Lizárraga fue torturado salvajemente, lo que lo llevó a morir en las mazmorras militares el día siguiente de su desaparición forzada; fue ejecutado extra- judicialmente, ese es delito de lesa humanidad, ya que fue cometido por el Estado. Por ese motivo es imprescriptible.
Desgraciadamente, el caso de Martha Alicia Camacho Loaiza y su familia no es aislado, sino es uno de los miles de casos semejantes en el país, desde aquellos años hasta la fecha.
Jamás se podrá saldar el saldo criminal del Estado con las víctimas de desaparición forzada y el conjunto de la sociedad que ha sufrido ese agravio. Martha emplea la combativa frase: Si
yo estoy viva, tú nunca estarás muerto. Esta expresión es una actitud de combate que no se convierte en lamento ante el Estado; por el contrario, manifiesta coraje y actitud de lucha inquebrantables, como lo es Martha Alicia Camacho Loaiza y sus compañeras de la Unión de Madres con Hijos Desaparecidos de Sinaloa de los años 70, y de otras organizaciones de familiares víctimas de los delitos de lesa humanidad, cometidos por el Estado a lo largo de estas últimas cinco décadas.
Las medidas que el Estado debe realizar para atenuar mínimamente el daño y el dolor producido a las víctimas, a sus familiares y a la sociedad no puede reducirse a una reparación del daño de orden económico. Es hora de establecer medidas políticas y jurídicas que garanticen que nunca más el Estado volverá a utilizar esos métodos salvajes y criminales contra los disidentes. No bastan las palabras, se requieren de hechos duros para garantizar plenamente que jamás se repetirán actos criminales que continúan practicándose por el Estado.
Existen cuatro ejes prioritarios en la Justicia Transicional, que deben aplicarse: JUSTICIA, VERDAD, REPARACIÓN INTEGRAL Y MEDIDAS DE NO REPETICIÓN.