De acusadores a gobernantes
Frente a la euforia de los triunfadores el 1 de julio y las ilusiones de sus votantes, hay una realidad: los detractores del actual y los anteriores gobiernos ahora serán gobierno.
Hay bipolaridad en el Presidente electo: pasa del perdón a todos con “amor y paz” a la andanada de epítetos contra los que no le rinden devoción. No bastarán los justificados recortes al gasto público, ni la derrama de dádivas en el país, ni el millón de ninis y viejitos que traerá en las calles, ni el voluntarismo parlante de él y sus corifeos. La atención y solución a los problemas nacionales marcarán la calificación que merezca la nueva administración.
Caso emblemático, terrible y manoseado es AYOTZINAPA. Enorme desafío para el gobierno. Recibirá una tonelada de documentos en los que constan, al menos, los siguientes hechos:
El asesinato de seis normalistas (y otros heridos) hace cuatro años, a manos de policías municipales, la Noche de Iguala.
La desaparición de 43 jóvenes por policías municipales, entregados a un grupo criminal, la Noche de Iguala.
La identificación científica, por peritos de Innsbruck, Austria, de restos óseos de dos de los jóvenes desaparecidos.
Más de 130 detenidos y procesados, entre policías de Iguala y Cocula, y sicarios de Guerreros Unidos.
Casi 500 resoluciones judiciales, con 250 autos de formal prisión.
Casi mil 500 declaraciones ministeriales.
Más de mil 900 intervenciones de peritos nacionales y extranjeros (cinco —entre ellos John Dehan— afirman que hubo incinerados; uno, Torero, lo niega).
Cerca de mil 500 búsquedas de los normalistas, por familiares, amigos, Segob, Sedena, Semar, PGR, organismos sociales nacionales y extranjeros y miles de voluntarios.
El seguimiento de la CNDH y comisiones extranjeras. Exigen abrir nuevas líneas de investigación y señalan torturas. (Con el Protocolo de Estambul se hallaron tres casos positivos y 49 negativos; los demás procesados no se sometieron a él).
10) La “verdad histórica” de la PGR: policías municipales entregaron estudiantes a sicarios, y éstos los incineraron.
11) Personas y grupos que buscan verdad y justicia; y otros que medran con la tragedia: “Fue el Estado”, “Ayotzinapa vive y la lucha (el negocio) sigue”.
12) Disputa judicial por la creación de una comisión investigadora.
Con ello, al nuevo gobierno corresponde: corregir errores y trabajar nuevas líneas de investigación para despejar la verdad y hacer justicia. Está obligado a encontrar vivos o muertos a los 43 jóvenes, o reconocer que efectivamente fueron incinerados.
Mantener falsas esperanzas, mentir o reducir su trabajo a investigar a los investigadores y perseguir a los perseguidores pondría en la calle a criminales, estafando ofensivamente a las víctimas y a México.