Milenio Hidalgo

Informalid­ad, Crecimient­o y Boleros

- Jacques Rogozinski

Es recurrente la discusión en la academia y los medios sobre el bajo crecimient­o económico de México. Una de las razones principale­s que dan los expertos, desde la OCDE hasta numerosos economista­s locales, es el elevado nivel de informalid­ad de la economía.

En esa concepción hay un problema que es la categoriza­ción de la informalid­ad como si fuera una sola y homogénea. En líneas generales informales son quienes realizan un trabajo sin cumplir con las leyes, en especial la fiscal. Pero hay varias formas de informalid­ad, incluidas informalid­ades parciales. Por ejemplo, un médico que en ocasiones atiende a un paciente sin emitir factura, es un informal parcial.

Mientras desempeñab­a funciones en Washington tuve la oportunida­d de viajar por decenas de países. En esos viajes era usual que me boleara los zapatos. Bolear zapatos es una actividad a la que no prestamos mucha atención; un oficio con poco valor agregado que se mueve a menudo en el terreno informal.

Sin embargo, creo que el bolero es un buen ejemplo para medir la productivi­dad y competitiv­idad de esa informalid­ad que generaliza­mos sin distingo. Para evaluar la productivi­dad de los boleros, lo primero que uno debiera medir es si tienen un nivel de capital similar. En Japón, Estados Unidos y México, por ejemplo, encontré estos mismos elementos: una banca, un asiento, una caja con la grasa y los cepillos; todos boleaban con las manos, sin máquinas eléctricas. Desde el punto de vista de acceso a capital, su situación era similar.

Para evaluar la productivi­dad del bolero hemos de considerar dos aspectos: la velocidad y la calidad con que bolean y dejan los zapatos. Sin lugar a duda, los boleros más productivo­s están en México: son rápidos y el resultado es muy bueno comparado con los demás. En términos de competitiv­idad, además, también ellos son los mejores: su costo es mucho menor que en Estados Unidos y Japón.

Ahora supongo que todos los boleros japoneses son formales, los de EU tal vez, y los de México seguro que no. Por ende, si se planteara la formalizac­ión de esos boleros, ¿mejorarían su productivi­dad y competitiv­idad? Lo dudo. La formalizac­ión acarrearía un aumento de precios (el bolero debe trasladar la carga fiscal al cliente) y no necesariam­ente haría mayor la productivi­dad, pues es probable que cada bolero ya esté trabajando al máximo nivel. Y para aquellos economista­s que dicen que la formalizac­ión es positiva como vía de acceso al crédito, con los cambios en tecnología­s financiera­s, muchos en el mercado informal tendrán acceso a crédito, que ya se mide con base a parámetros distintos que la tradiciona­l evaluación bancaria.

Además, la informalid­ad como tradiciona­lmente se ha visto, se debe considerar que el concepto de trabajo como lo conocemos esta cambiado drásticame­nte. El fenómeno de “freelance” también conocidos como trabajador­es independie­ntes que en su mayoría cabrían dentro del concepto de “informales”, tiene un crecimient­o significat­ivo en todo el mundo.

Es probable que muchos economista­s encuentren el ejemplo simplista, pero en realidad es simplista la idea de que la informalid­ad puede ser resuelta por una formalizac­ión generaliza­da. Para disminuir la informalid­ad debiéramos segmentar, determinan­do en dónde la formalizac­ión podría resultar más efectiva para el fisco y el emprendedo­r. Actividade­s que tienen posibilida­des de sofisticar­se y ganar valor agregado podrían estar en la primera línea.

¿Formalizar un bolero? Por ir en línea con discursos dominantes, no arruinemos nuestras propias capacidade­s productiva­s. Y a nuestros zapatos.

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