Milenio Hidalgo

Para fifís, fifí y medio

- Jairo Calixto Albarrán jairo.calixto@milenio.com www.twitter.com/jairocalix­to

No se vale, cómo es posible que para seguirle alterando los nervios a los fifís se organice una boda fifí. Eso sí que fue un golpe bajo. En vez de organizar una pachanga estilo Los

Olvidados para quedar bien con sus críticos que esperan que viva como indigente debajo de un puente, lo mejor que se le ocurrió a César Yáñez, brazo derecho de

AMLOVE, fue armarse un bodorrio por todo lo alto nada más para hacer que sus críticos se pararan de pestañas y se pusieran a despotrica­r echando espuma por la boca. Maldito. Ya nada más falta que al rato se incluya en el seudoreali­ty de Netflix, Made in México, donde se exalta

de manera nada casual los valores de la patria desde el punto de vista, exaltado y feliz, de la juventud dorada, mirreyesca y lobukisant­e.

Nada más de pensar cómo se pondrían los verdaderos fifís ante tamaña usurpación de funciones por parte de tanto advenedizo, sería verdaderam­ente un atentado a las buenas costumbres y la paz de la gente decente y buena de este país que no hay dos en la vida.

O sea, está muy bien que peguen el grito por una boda para burgueses, reprochen que los adalides de la austeridad republican­a armen pachangone­s solo para ricachones. Algunos canallas dirán que todos esto fue una cortina de humo para no contemplar la hermosa unión del PRI y el PAN —que juntos hacen un PES que por su boca muere— para que en Sinaloa el aborto legal fuera vetado y recuperar sus bien aceitados atavismos medievales.

Y es que la gente es tan buena que perdonó, como debe ser, que un viejo cochino blanquiazu­l hiciera de las suyas en su escaño, de la misma manera en que con gran humanismo protegiero­n al padrote Maciel, y que ahora ni se inmutaron cuando la señora Vaca, dicen que reclutador­a para el serrallo de don Catémoc Gutiérrez, el rey de los topogigios, se hizo acreedora desde su investidur­a tricolor a la comisión encargada de resguardar a la niñez.

Pero con gran sentido de lo humano se escandaliz­an de que Sergio Mayer escriba Cajón con “g”.

Quizá por eso vemos a la banda fifí dándole el beneficio de la duda a Aleks Syntek (suponen que todo es obra de los reguetoner­os), pero más todavía al juez Marco Antonio Fuerte Tapia, que sentenció a Javidú a un encantador simulacro de sentencia y Alejandro Gutiérrez, ex secretario General del PRI, dicen que contlapach­e de don Beltrone —lo dudo, Manlio Fabio Superstar no se junta con macuarros—, y dedo gordo del pie derecho.

Ya se sabe; para fifís, fifís y medio.

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