Milenio Hidalgo

VISIÓN DE VIDA EN LA PREPARATOR­IA 1

“Vender mis paletas me ayuda a solventar gastos...”

- POR ELIZABETH HERNÁNDEZ

Hace un año Lucía Marín vivía en Venezuela. En noviembre de 2017 recibió una carta por parte del Centro de las Artes y preparó sus maletas para estudiar en Hidalgo.

Naomi López se alista por las mañanas, sus padres le dan 54 pesos diarios para el transporte y en menos de 10 minutos llega a la Escuela Preparator­ia 1 para continuar con sus estudios, y aunque le gusta la escuela no ha tomado aún una decisión sobre lo que va a estudiar.

Lucía llega, como cada miércoles a la entrada de la Prepa 1, se encuentra con Naomi a quien le ofrece una paleta hecha de gomitas de colores, realizadas a mano junto a su amiga Brenda. Naomi agradece y regresa su atención en la plática con sus amigas.

“Vender mis paletas me ayuda a solventar gastos y estoy juntando para comprarme un piano y también mando un poco de dinero a mis padres, porque la situación es complicada en mi país”, dice Lucía, quien continúa su recorrido a las afueras de la institució­n para continuar con su vendimia.

Naomi espera sentada a que sus padres lleguen por ella.

Una madre de familia se acerca a los barrotes de la Preparator­ia para pasarle una torta a su hijo, “porque hoy sale a las 6 y no le dará tiempo de ir a la casa. Me preocupa que mi hijo no sepa qué desea estudiar.

“Siempre le digo que tiene el privilegio de hacerlo y que aproveche que tiene a sus padres, porque muchos jóvenes están saliendo de la escuela, no por falta de recursos, sino porque no les importa estudiar”, expresa Flor Toscano, quien sale corriendo para llegar a su junta de trabajo.

Margarita ha dejado el puesto de tortas que vende en Hacienda Margarita, “porque tengo una junta en la Prepa. Aquí viene a estudiar mi nieta y la apoyamos mucho para que continúe sus estudios. Mi hijo se hace cargo de ella, porque está divorciado, así que me toca apoyarlos y lo hago con gusto”.

Naomi toma su teléfono y chatea mientras espera a sus padres. Lucía sigue ofreciendo sus paletas, “gracias a esta actividad estoy juntando para comprarme mi piano... quiero crear una escuela de música aquí en México”, asegura mientras camina por las afueras de la escuela.

“No sé tampoco qué quiero estudiar. No nos falta mucho para terminar pero no me preocupa”, dice con sonrisa tímida Evelin Luna, amiga de Noemí.

Margarita espera paciente a que salga su nieta, “ella al ver tantas complicaci­ones que trae casarse dice que mejor quiere seguir estudiando. Quiere ser abogada”, expresa.

Lucía sabe que la situación en Venezuela no mejorará pronto, “y mi mayor deseo es concluir con mis estudios, conseguir un buen trabajo aquí en Hidalgo que me ha tratado muy bien, y poder traerme a mis papás y mis hermanos. Todos los días los extraño, pero sé que valdrá la pena el esfuerzo, porque los sueños y la voluntad de realizarse profesiona­lmente, es el motor que todos deberíamos tener para salir adelante. Venezuela está muy mal, y sólo sé lo que quiero llegar a ser... una concertist­a profesiona­l”.

 ??  ??
 ??  ?? Lucía Marín vende paletas para poder comprar un piano.
Lucía Marín vende paletas para poder comprar un piano.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico