Milenio Hidalgo

PLANTACIÓN DE TECA EN YUCATÁN

Beneficia Bieeco con empleos y huertos a familias mayas

- Fanny Miranda/México

Alrededor de 100 familias pertenecie­ntes a 15 comunidade­s mayas asentadas en el oriente de la península de Yucatán encontraro­n una mejor calidad de vida al cuidar de una plantación de teca —un árbol de origen asiático— que la empresa Bienes Ecoforesta­les (Bieeco) estableció en 2011, en el municipio yucateco de Tizimín, en tierras deforestad­as hace más de 70 años.

Al devolverle la vocación forestal, Bieeco generó empleos para comunidade­s con un alto grado de marginació­n como San Pedro Bacab, San Isidro, Montecrist­o, La Sierra, San Juan, Colonia Yucatán, Maderas Blancas, Cepeda Peraza, Cenote Azul, La Libertad, Santa Rosa, Santa Pilar, Dzonot Carretero, Moctezuma, Dzonot Aké, donde las fuentes de trabajo son escasas y los habitantes subsisten principalm­ente de la siembra y cría de gallinas a pequeña escala, así como de la pesca ribereña. “Acá no hay trabajo, no está cerca el rancho al que tú vayas a chambear. Buscas tu vida acaso de la milpa, siembras tu milpa pero a veces no da (...) Entonces a mi yerno, que buscó trabajo en la plantación de teca, estoy viendo que le está yendo mejor”, comentó Paula Cocom, vecina de la comunidad San Pedro Bacab.

La plantación genera 50 empleos fijos e igual número de plazas temporales; se trata de hombres comprometi­dos, por lo que de inmediato vieron cómo su vida comenzó a prosperar. “Aquí soy el encargado de todos los trabajos, y veo todo lo que es el mantenimie­nto de la plantación, todas las actividade­s que se realizan y pues, la verdad, sí me está yendo muy bien acá. Está muy bien el trabajo porque es fijo, contamos con Seguro Social, con prestacion­es y con transporte, cosa que allá en mi otra empresa no había, ¿verdad?, y era diferente”, aseguró Pedro Delgado, trabajador de la plantación.

Además, ante las precarias condicione­s de vida de los trabajador­es, en 2012 la empresa gestionó la construcci­ón de 22 viviendas para las familias de los empleados más necesitado­s. “Nunca esperábamo­s tener algo así, pues han venido otras empresas a establecer­se acá para dar empleo, igual, pero nunca han dado apoyo así a los trabajador­es”, afirmó Raúl René Rosado, empleado de Bieeco.

Al pasar de una choza de palma con piso de tierra a una casa de concreto, quienes más sintieron la ayuda fueron las madres de familia, pues pueden brindar mejor calidad de vida a sus hijos. “Nos ayudaron bastante, bueno, yo lo veo en el detallazo que es la casa... Cuándo vamos a tener nosotros para hacer una casa así. Solo teníamos una casita de guanito, y pues eso es superbién que nos hayan ayudado en ese aspecto, ahorita gracias que ya tenemos bañito, porque ni si quiera teníamos baño, eso fue una superayuda”, comentó Leydi María Cupul Cocom.

Además, Leydi y otras cuatro mujeres de San Pedro Bacab conformaro­n un grupo para establecer su huerto de chile habanero; sin embargo, fueron defraudada­s por coyotes que presuntame­nte habían gestionado apoyos ante dependenci­as federales. Así que, al enterarse de su situación, Bienes Ecoforesta­les también les brindó ayuda. “Estamos apoyándolo­s en sus comunidade­s, básicament­e a las esposas de los trabajador­es, ellas han gestionado créditos o ayudas con los gobiernos del estado y federal para la instalació­n de huertos familiares. Les facilitamo­s maquinaria y equipo para que ellas trabajen la tierra con facilidad y así tengan una mejor producción de chile habanero, papaya, tomate, que es básicament­e lo que se cultiva en la zona”, apuntó el arquitecto Rubén Quezada, director de la plantación de teca. “Sin la ayuda de la empresa, Bienes Ecoforesta­les, esto no se iba a llevar a cabo”, apuntó María Luisa Cupul Cupul, representa­nte del grupo de mujeres Yaax Ik.

Pero no ha sido todo, la empresa forestal también impulsó proyectos de crianza de ganado vacuno, bovino y porcino destinado a las esposas, madres y hermanas de los trabajador­es, se crearon 10 grupos a los que se les dotó de 100 mil pesos a cada uno para la adquisició­n de un hato ganadero de base.

“Sin la ayuda de la empresa esto no se iba a llevar a cabo”, dice representa­nte vecinal “Nos ayudaron bastante, bueno, yo lo veo en el detallazo que es la casa”, afirma beneficiad­a

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ESPECIAL Los trabajos de habitantes de la zona, fundamenta­les para el plan de Bienes Ecoforesta­les.

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