Museo del Desierto, acercamiento al pasado
Entre las principales atracciones del recinto se encuentran los esqueletos pertenecientes a un tiranosaurio rex, un hadrosaurio y un quetzalcoatlus
Una de las explicaciones científicas del surgimiento de los desiertos habla de que, al existir montañas muy elevadas, se detiene el paso del viento y de las lluvias. El gran desierto chihuahuense se encuentra entre la Sierra Madre Oriental y la Occidental, considerado como el más grande en Norteamérica y el segundo con mayor diversidad a escala mundial.
Se trata de un territorio compartido por México y Estados Unidos que se extiende a lo largo de 630 mil kilómetros cuadrados, en los estados mexicanos de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí y, en Estados Unidos, en Arizona, Nuevo México y Texas.
De acuerdo con datos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su sigla en inglés), en el desierto chihuahuense viven 350 de las mil 500 especies de cactáceas conocidas en el mundo. La diversidad nativa de esta región incluye 333 especies de aves, 23 especies de peces y 76 especies de reptiles y anfibios.
Una pequeña parte de esa riqueza se encuentra en el Museo del Desierto, ubicado en Saltillo, Coahuila, creado en 1999 con el arquitecto Francisco López Guerra, cuyo objetivo principal es difundir el origen y las características de los desiertos en el mundo, en especial los tres más grandes que existen en México: el chihuahuense, el sonorense y el poblano-oaxaqueño. “Es un esfuerzo coordinado por el gobierno del estado, pero en el que hay recursos de la iniciativa privada, el cual tardó algunos años en gestarse porque la gente pensaba que la ciudad era muy pequeña para un museo con estas dimensiones. Lo que vino a hacer el museo es que detonó el desarrollo turístico de la capital del estado de manera considerable; de hecho, somos el primer motivo de visita a la ciudad. “Pero más allá de todo eso, el recinto ha contribuido a generar un mejor conocimiento del desierto. La sociedad se ha dado cuenta de que no es un espacio carente de vida, sino que se trata de un lugar pródigo que, Hay quienes hablan de Coahuila como tierra de dinosaurios. Muy cerca de Saltillo, por ejemplo, en General Cepeda, un municipio aledaño, se ubica un ejido conocido como Rincón Colorado, donde se han realizado algunos de los hallazgos de esqueletos de dinosaurios más importantes en la región: don José Rojas, un habitante del lugar, fue quien descubrió los vestigios. “Esa parte de la ciencia es muy interesante: los habitantes de las poblaciones, desde su infancia, participan de estos descubrimientos, porque son los que conocen estos territorios tan extensos”, aunque la especialista