Contamos la historia del mundo: Guillermoprieto
“En este oficio cuesta trabajo sobrevivir”, indicó al recordar a los 45 reporteros asesinados en diversos países en lo que va del año
sociales con su inmediatez y su potenciación de la rabia. Porque hacemos falta, afirmó Guillermo Prieto, que actualmente vive en Colombia.
Dijo que el premio le alegra “infinitamente” por servir de reconocimiento a un oficio “al que solo se entra con grandes sueños e ilusiones: ver el mundo, cambiar la historia, ser heroicos”.
Admitió que “la realidad es más estrecha: se gana poco; en estos tiempos en que el mundo ha entrado en revolución tecnológica, cibernética, científica, no tenemos certezas en que apoyarnos y el mundo nos quiere mal; se trabaja de sol a sol —aunque eso nos gusta, en realidad— hay una gran confusión en cuanto a cuál debe de ser nuestro papel, y en todo esto, somos el fiel reflejo de la sociedad en general. Y, sin embargo, y por lo mismo que existe tanta confusión, hacemos falta”, subrayó.
Eso sí, Alma Guillermoprieto Comentó que hay confusión sobre cuál debe ser el papel del periodista. aseveró que, pese a todo, ningún otro oficio como este les va a regalar un mundo, un universo, la realidad entera; trágica, abochornante, terca, chistosísima, horrenda, mágica. El regalo de la realidad real, inmensa y maravillosa”.
Alma Guillermoprieto se convirtió en la tercera mujer que consigue el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades en sus 38 ediciones, después de que la fotógrafa Annie Leibovitz y María Zambrano.
El fallo del jurado, dado a conocer en Oviedo por su presidente, el filólogo Víctor García de la Concha, reconoció la larga “trayectoria profesional y su profundo cono- cimiento de la compleja realidad de Iberoamérica” de esta escritora, periodista y profesora residente en Sudamérica.
Miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias, la mexicana inició su trayectoria como periodista cubriendo la insurrección nicaragüense de los años 70 para The Guardian y fue una de las dos reporteras que en 1982 desveló, en su caso en The Washington Post, la masacre de civiles en El Mozote (El Salvador).
Guillermoprieto se dedicó al ballet antes que al periodismo y, tras trasladarse siendo adolescente a Nueva York para vivir con su madre, en 1969 se mudó a La Habana para dar clases de danza y nueve años después se inició en el mundo del periodismo como freelance como reportera de América Central para The Guardian y, más tarde, para The Washington Post, donde formó parte de su plantilla en la década de los 80.
Completan la lista de premiados: Martin Scorsese (Artes); la escritora francesa Fred Vargas (Letras, ausente); el filósofo estadunidense Michael J. Sandel (Ciencias Sociales); la oceanógrafa Sylvia A. Earle (Concordia); la ONG Amref Health Africa (Cooperación Internacional), los alpinistas Reinhold Messner y Krzysztof Wielicki (Deportes) y el paleontólogo sueco Svante Pääbo (Investigación Científica y Técnica).