LA OPORTUNIDAD QUE NUNCA LLEGÓ.
La idea ya llevaba más de 30 años, y en su lugar se habían ampliado las terminales de Toluca, Cuernavaca y Tlaxcala
Desde 1990 existía en el gobierno federal la propuesta de construir una terminal aeroportuaria en Hidalgo como alternativa al sobrecupo en el de la Ciudad de México.
Desde 1990 existía en el gobierno federal la propuesta de construir una terminal aeroportuaria en Hidalgo con el objetivo de solucionar el sobrecupo que ha padecido desde hace años el Internacional de la Ciudad de México; sin embargo, no fue sino hasta el año 2000 cuando el Congreso local firmó un punto de acuerdo para que el entonces presidente de México, Vicente Fox Quesada, analizara la posibilidad de tal proyecto en el corredor Pachuca-Tizayuca.
De acuerdo con notas informativas del archivo de Milenio.com, desde ese entonces especialistas y autoridades gubernamentales planeaban otra sede: el Valle de México, pero también temían el daño ecológico que se podría generar en el vecino Estado de México.
El municipio hidalguense era viable puesto que no está cerca de ninguna de las zonas de preservación ecológica; además, por su ubicación, la terminal podría servir como centro de distribución de vuelos para todo México, Norteamérica, Latinoamérica, Europa y hasta Asia, según decían los legisladores en un documento enviado al Ejecutivo federal.
No obstante, como sucede actualmente, el Estado de México fue el ganador al albergar e inaugurar en 2005 el Aeropuerto Adolfo López Mateos de Toluca, el cual continúa en operaciones, pero nunca solucionó el problema en la Ciudad de México.
Ya como gobernador de Hidalgo, Manuel Ángel Núñez Soto planteó de nueva cuenta un aeropuerto internacional en el Valle de Tizayuca, donde se asentarían 250 empresas y se generarían 300 mil nuevos empleos, lo que detonaría al municipio en una ciudad moderna contemplada para una cabida de más de un millón de habitantes.
El ex mandatario incluso compró tierras a ejidatarios, (predios que años después aseguró que seguían en poder del gobierno del estado); sin embargo, la administración de Felipe Calderón desde 2006 volvió a congelar la propuesta, a pesar de que el ex titular de la Secretaría de Comunicaciones Transportes, Luis Téllez y el entonces gobernador Miguel Ángel Osorio, aseguraran la instalación en 2007.
Antes de iniciar las campañas formales de los entonces candidatos a la Presidencia de la República en 2012, Enrique Peña Nieto, del PRI y Andrés Manuel López Obrador, todavía del PRD, se pronunciaron por Texcoco y Tizayuca para la sede de un nuevo aeropuerto. El candidato tricolor, quien sería elegido como presidente, apoyaba la idea de que el Edomex resultara el ganador.
La idea ya llevaba más de 30 años intentando concretarse, y en su lugar se habían ampliado las terminales de Toluca, Cuernavaca y Tlaxcala; además se edificó la terminal 2 del AICM, sin resolver el problema de saturación.
Expertos decían que Tizayuca era la mejor opción porque el área sería “devorada” por complejos habitacionales. Mientras que en 2013, el ex gobernador de Hidalgo Francisco Olvera Ruiz aseguraba que la entidad era factible para la construcción de una aeropuerto que brindara servicio a la iniciativa privada con servicios complementarios. También se contaba, por primera vez, con el aval de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, mínimo para analizar seriamente la iniciativa.
Todavía en 2015, de acuerdo con comunicados que aparecen en la página lopezobrador.org.mx, López Obrador defendió la idea de construir un nuevo aeropuerto en Tizayuca. No obstante, en noviembre de ese año se presentó la opción de complementar el actual Aeropuerto Benito Juárez con la base aérea militar de Santa Lucía, en Zumpango, construyendo ahí dos pistas adicionales a la que ya existe, para vuelos comerciales, en un periodo de tres años.
Todavía en 2015, en lopezobrador.gob.mx, el ahora presidente electo lo consideraba opción