Hacia una televisión del gobierno
La 4T contó con un apoyo llamativo del sector cultural. ¿Cómo ha correspondido? De momento, hay amenazas de que se reducirán notablemente los apoyos al cine y es probable que la tv llamada pública, que fue en realidad una tv de gobierno con Peña Nieto, particularmente bajo la administración de Raúl Cremoux, seguirá siendo una televisión del gobierno, ahora a mayor gloria de la administración entrante, con una diferencia: lo será conforme a la ley, gracias a que la 4T domina las cámaras y anda con ganas de regresarle el control a Gobernación. Vaya, que seguiremos con el estilo retro, de echeverrismo con Twitter, sí señor presidente, salvo que el Senado opine otra cosa —ya hemos visto que a Monreal luego le toca pagar los platos rotos.
La tv pública —el Canal 22, el 11, etcétera— nunca se ha acercado siquiera a competir en audiencia con las televisoras privadas. Para decirlo en buen cristiano, la ven tres pelados, una realidad que se ha agravado en los últimos años y que, dado el nivel mostrado por Morena y sus aliados en cualquier nivel de la creación cultural, académica o intelectual, sumado al propagandismo que se extiende como plaga bíblica —es una muerte lenta por aburrimiento—, no parece que vaya a revertirse pronto. En ese sentido, que la administración
La tv pública nunca se ha acercado siquiera a competir en audiencia con las televisoras privadas
entrante se haga de esa “maquinaria mediática” —también hay radio— no parece realmente muy grave, salvo que haga una consulta para ver si se nos obliga a ver cuatro horas diarias de televisión gubernamental (ya saben: debates con los líderes de opinión 4T, que son de lo más jovial, o chistoretes de los moneros). Pero la señal es mala: habla, otra vez, de una vocación de aplanadora, de discurso único.
Dijo alguna legisladora morenista que no se trata de controlar la información, sino de poner orden en el desmadrito que en efecto arrastran las televisoras del Estado. Qué ganas de creerle. Pero no le hemos visto mucha vocación de diálogo a la administración por venir. Tiemblen.
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Sigue la polémica por el nombramiento de Taibo al FCE. Ya dije que me parecía un buen fichaje. Entiendo que disientan. Los invito a pensar en su remplazo, que saldrá del entourage morenista. Sí, tiemblen.