Una nueva plataforma para el despegue musical de América Latina
A qué suena Brasil en pleno 2018? Estamos ante un enorme territorio geográfico y musical en el que suenan simultáneamente samba, sertanejo, MBP (música popular brasileña), electrónica, forró, funk, rock, carimbó, tecno-brega y otros tantos ritmos huidizos. Su potencia cultural no es cosa del pasado, su presente es vital y energético, tan es así que se sitúa como el noveno mercado musical global; es decir, contiene a millones de escuchas consumiendo música en formato digital o físico.
¿Pero qué relación guarda con otros mercados? ¿Existe una interconexión con el resto del mundo? ¿Qué estrategias se deben implementar en el corto plazo para mantener el vigor de la industria musical? Estas y otras interrogantes circularon durante los paneles especializados y las conferencias que ofreció el Midem (Marché International du Disque et de l’Edition Musicale), que marca la llegada al continente de un prestigiado mercado musical que año con año se realiza en Francia desde 1967.
Los organizadores han entendido la importancia de tender puentes y establecer nexos entre los diversos agentes que envuelven a la música con el objetivo de seguir incrementando su desarrollo. La ciudad elegida para el arribo a América Latina fue Río de Janeiro y las instalaciones del CRAB (Centro de Referência do Artesanato Brasileiro) la sede para llevar a cabo una versión intensiva de 2 días (26 y 27 de noviembre).
A la convocatoria respondiepresas) ron programadores de festivales, gente de la industria discográfica, promotores, analistas y por supuesto músicos. Más de 150 personas acudieron a un espacio de reflexión y esparcimiento que incluyo sesiones nocturnas de conciertos con artistas en su mayoría brasileños.
Con tanto que se habla de la compleja situación de la música en el mundo, sorprendió el planteamiento del británico Zach Fuller, quien dirige Market Global Midia Researh, y que dimensionó el tamaño de este negocio: la música grabada genera ingresos por más de 18 billones de dólares sin tomar en cuenta siquiera a los conciertos, es decir, estamos hablando del consumo en físico, digital y streaming.
MIDEM en coordinación con SEBRAE (Serviço Brasileiro de Apoio às Micro e Pequenas Em- y Estrombo - Inspirando negócios em música- generaron un elenco de panelistas muy ecléctico que incluyó a personalidades de Colombia, Chile, Estados Unidos y, por supuesto, el país sede, cuya circunstancia se plasmó en el caso del grupo Far From Alaska, que desde la alejada ciudad de Natal (en el Noreste) ha conseguido proyectarse internacionalmente a través del networking y los vínculos con MIDEM; su estoner rock de chispazos electrónicos también sonó en los showcases.
La curaduría de las sesiones musicales incluyó tres intervenciones del extraordinario percusionista Marcos Suzano; primero como acompañante de Jana Linhares (con la gran Fernanda Abreu de invitada), luego con Raquel Coutinho (que presentó el disco Mineral) y al final con Marcelo Vig en una propuesta de electrónica a la que llaman Computambor. En general, el pulso es de que se ama y respeta a la tradición, pero no hay temor de fusionarla con elementos contemporáneos. El vigor brasileño está preparado para salir al encuentro de nuevos escuchas allende sus fronteras.
De todo ello fuimos testigos tres de los miembros de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica: el argentino Humphrey Inzillo; desde Colombia, Diego Londoño (figura también de la radio) y quien redacta estas líneas, representando a MILENIO. El grupo se completó con Marcela Mazzel, enviada del Diario Clarín. Juntos pudimos atestiguar los avances de la música latinoamericana en el panorama global (actualmente representa poco más del 4% del mercado total) y de la importancia de formar bloques, alianzas y corredores estratégicos para incrementar su penetración.
Alexandre Denoit, Director de Midem y también baterista, conduce un evento cuyos objetivos giran en torno a la interconexión de personas a través y por la música, que se debe entender como un todo planetario. De ahí que encajara perfectamente la participación de los colombianos Mitú y su electrónica selvática, además del finísimo canto de Adango, llegada de Camerún para lucir su afro-soul.
Más de 50 años de dinamizar la circulación de músicas e ideas por el mundo hacen de MIDEM una instancia crucial que ahora América Latina también debe aprovechar y que tiene confirmados ya un par de años más por delante en suelo brasileño.