Huachicol imbatible
La tragedia de Tlahuelilpan no llega ni a las tres semanas de haber ocurrido y las tomas clandestinas siguen apareciendo, así como los reportes por fugas. Es decir, el riesgo y el peligro es latente.
Las fuerzas federales están desplegadas en territorio estatal, el gobierno de Omar Fayad ha hecho todo lo que está su alcance, pero el problema sigue y no parece detenerse.
Ayer por la noche volvieron a picar un ducto en Cuautepec provocando una fuga y derrame de combustible de más de 10 metros de altura, con condiciones similares a las que provocaron el incendio en San Primitivo el 18 de enero pasado.
Por fortuna y por la hora del incidente –a la medianoche- la población no se acercó aunque el olor, de acuerdo con reportes de Protección Civil, impregnó al menos a toda una comunidad y colonias en los límites de Cuautepec de Hinojosa y Santiago Tulantepec.
¿Son imbatibles los huachicoleros acaso?, ¿no hay poder militar o civil que pueda con ellos?, parece que hasta el momento ninguna autoridad ha podido descifrar el galimatías que representa el que pobladores en apariencia de bajo perfil, sin llamar la atención, sean los que se estén organizando para poder robar gasolina en ductos de Pemex.
Ni los mensajes presidenciales, ni la presencia castrense, ni la Policía Federal haciendo rondines, ni los más de 120 muertos de Tlahuelilpan, nada de eso logra convencer o siquiera conmover a quienes en apariencia siguen poniendo en riesgo sus vidas y las de la población al dañar la infraestructura de ductos de Pemex que atraviesa Hidalgo. ¿Qué clase de monstruo de mil cabezas enfrentan las policías municipales, que ni siquiera tienen la información de los vecinos o las personas que llegan a delinquir a sus barrios, colonias y comunidades? ¿Y los alcaldes, y las alcaldesas?
Las tomas clandestinas siguen apareciendo en la entidad