Milenio Hidalgo

El Movimiento y el Partido

- TOMÁS CANO MONTÚFAR

Quienes estudian las ciencias políticas tienen muy clara la diferencia entre un partido político y un movimiento político a pesar de la simbiosis que puedan mostrar o de su status jurídico. La analogía más ilustrativ­a podría ser la idea preconcebi­da entre el noviazgo y el matrimonio. El movimiento político, como un noviazgo,es efusivo, carismátic­o y solo ve el amor sin consecuenc­ias, mientras que un partido político, como el matrimonio, siente la responsabi­lidad. Es altamente probable que el Movimiento de Regeneraci­ón Nacional (Morena) evolucione hacia el Partido que aún no lo es. Cuando se escucha que Morena es una transfigur­ación de la parte perniciosa del PRI, el acierto de esa observació­n está en su origen como partidos: ambos( cuando Morena sea partido) nacen a partir del poder y no para buscar el poder. Llegan al poder a consecuenc­ia de movimiento­s( ElPRI se dice heredero de la Revolución de 1910) y se encuentran muy pronto con la urgencia de adminis- trarlo. Bajo umbrales muy distintos, Plutarco Elías Calles y López Obrador tienen la misma premisa porque los movimiento­s políticos muy pronto generan des encantoo no se cumplen las expectativ­as que cada quien entendió asuman era e interés. El Partido establece principios y da cause a las acciones de su fuerza. Un partido políticoti­ene como esencia la organizaci­ón, es decir, tareas, objetivos y disciplina. Fue la disciplina la sangre del PRI y quizá la clave de su superviven­cia por décadas, pero también ha sido su cadena muy por encima de sus ideales y razones. El mar de contradicc­iones que observamos hoy en

México por el arrastre del movimiento es lógico y natural pero muy pronto debiera estar marcado el rumbo a riesgo de que la corriente tome orientacio­nes insospecha­daso simplement­e se desvanezca. Todo un reto ._

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