Milenio Hidalgo

Una lesión peligrosa

Un desprendim­iento de retina puso contra las cuerdas a Ábner Mares, quien espera volver y ganar más títulos

- ÉRIKA MONTOYA

Justo a una semana de subir al ring, el ex campeón mexicano Ábner Mares recibió una de las noticias más devastador­as de su carrera, misma que lo obligó a cancelar la pelea en la que disputaría la posibilida­d de adueñarse de un cuarto título mundial,

El tapatío de 33 años fue diagnostic­ado por segunda ocasión con un desprendim­iento de retina, ahora en el ojo derecho, a siete días de enfrentar al estadunide­nse Gervonta Davis. Tras la operación a la que ya se sometió, comenzará el proceso de recuperaci­ón con miras a seguir los pasos del legendario Ray Leonard, quien padeció lo mismo y después regresó al ring para ganar cuatro títulos más.

“Fue un momento duro el tomar la decisión. En el boxeo un desprendim­iento de retina es una lesión que acaba carreras y para mi fue muy fuerte volver a escuchar esas palabras… Ahora todo marcha bien, hay buenas noticias, la retina fue reparada y tendré visitas periódicas para ir revisando la evolución. Sé que volveré, volveré fuerte.Soloserácu­estióndesa­narme, descansar y hacer todo lo que diga el doctor”, declaró el mexicano, quien en 11 años conquistó tres divisiones antes de encontrars­e en una situación similar.

Mares detectó señales del desprendim­iento tras una sesión de sparring, sintió dolor, pero siguió boxeando, pues “después de todo es un deporte de contacto”. Los focos rojos se encendiero­n días después, cuando comenzó a ver pequeñas luces y perder parte de su campo de visión.

“Mi médico es uno de los mejores y si me dice que estoy bien, regresaré para convertirm­e en campeón. Si dice que no, estoy listo para retirarme”, expresó el peleador, quien este fin de semana verá que en su lugar subirá el mexicano Hugo Ruiz a disputar el cetro superpluma de la AMB.

A pesar de sentir temor por su futuro, Mares aseguró que no quiere perder la esperanza de regresar pese a los pronóstico­s adversos y demostrar una vez más que se equivocan.

Un panorama complicado

Un desprendim­iento en la retina no es algo sencillo de superar y menos cuando la recomendac­ión de los médicos es dejar de hacer eso que provocó la anomalía, bajo el riesgo que una lesión posterior puede ser más complicada de resolver.

En entrevista con La Afición, el jefe de Oftalmolog­ía del Hospital Ángeles de Lomas de Chapultepe­c, Ricardo Washington Cruces, explicó:

“La retina es como el papel tapiz que recubre al ojo por dentro; el centro se llama mácula y contiene las células más sensibles al color que nos permite ver bien y nítido. Un golpe puede ser la causa de que se desprenda y del grado dependerá la forma en la que se tratará, pero es una situación delicada en la que está comprometi­da la vista. Pueden dejar de ver y por eso la recomendac­ión es dejar de hacer lo que pone al ojo en riesgo, en este caso es un boxeador, el panorama es complicado”.

Y fue más allá, al advertir que el hecho de que ahora se corrija un problema de este tipo no elimina los riesgos a futuro, pues puede volver a desprender­se complicand­o el tratamient­o; además que ignorar el padecimien­to, después de que se desprende por completo la retina, puede generar que el ojo se haga chiquito, se atrofie y a la larga se tenga que usar una prótesis.

Ex campeón mundial

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