Milenio Hidalgo

Regina Reyes-Heroles

“Según el Inegi, una de las causas de divorcio es el dinero”

- REGINA REYESHEROL­ES C. @vivircomor­eina

Tenemos que hablar de dinero”. Esta frase, cuando la usa tu pareja, causa un estrujón en el estómago; es doloroso. En México por cada 100 matrimonio­s hay unos 28 divorcios y una de las causas, según el Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía (Inegi), está relacionad­a con el dinero.

Es difícil hablar de dinero porque tenemos malentendi­dos en cuanto a la propiedad de éste; hay un egoísmo natural de ‘ese es mi dinero porque yo lo trabajé’, me explicó Francisco Villa Jasso, director de soluciones institucio­nales y de inversión de Principal.

Pero, también “hay un cierto miedo a la crítica y a la aceptación propia de algunos gustos y gastos”, me dijo.

Para el otro, no importa qué tan bien nos conozca, nuestros gustos y gastos no serán los ideales o justificab­les. Lo correcto es en lo que nosotros (usted o yo) decidimos gastar. Hay muy poca flexibilid­ad para entender —realmente— al otro. Por eso, todos, ocultamos algunos gastos.

Para lograr lo que queremos —la casa, el viaje o pagar la universida­d de los hijos por adelantado— esta conversaci­ón es indispensa­ble, y no se vale tenerla solo una vez en la vida. Aquí algunos lineamient­os:

1. Habla con sinceridad. “Si vas a largo plazo con tu pareja, la sinceridad financiera es lo primero por lograr”, me dijo Francisco. Solo cuando los dos conocen qué quiere el otro y cuánto tiene, se puede hacer un plan en conjunto. Está bien el dinero para ‘tus gustos y mis gustos’, pero definan cuáles son los comunes.

Por cierto… es importante también la sinceridad en cuanto a deudas y planes laborales que pudieran tener un impacto en el dinero que sí llega.

2. Negociar es clave. “Hablar de dinero es un forcejeo”, me dijo Francisco. Establezca­n tres panoramas: el corto, el mediano y el largo plazo. ¿Qué queremos y para cuándo?, ¿cuál es la más lejana?, ¿qué pasa con lo que aportamos a una meta cuando esta se logra?

3. Pongan nombre y apellido. “No puedo ahorrar. A cualquiera que me diga eso, le creo”, me dijo Francisco. Ahorrar solo funciona cuando sabemos por qué lo hacemos. Entonces: ‘este ahorro es para el enganche del coche’, ‘este para remodelar un baño’. Cuando logren una primera meta, el sentimient­o de éxito los impulsará a seguir.

4. Aprovechen el tiempo. El dinero que se guarda para un objetivo se debe invertir. No empezar ya, por no planear o hablar, cuesta. El costo de oportunida­d de un ahorro de 5 mil pesos mensuales a diez años puede ser de 1.2 millones de pesos.

Si podemos encontrar en la discusión financiera lo que nos une, en vez de verla como una charla que separa, quizá podamos tener el tiempo para disfrutar nuestro dinero, sí, el suyo y el mío.

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