Las fuerzas armadas en la Guardia Nacional
Pocos, muy pocos saben que en México existen la Ley de Disciplina del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos. También existe la Ley de Disciplina para el Personal de la Armada de México; ambas fueron actualizadas a principios de este siglo. Como dato, la del Ejército y Fuerza Aérea data de 1926.
Ambas leyes tienen por objeto preservar la disciplina militar como “principio de orden y obediencia” que regula la conducta de los individuos que integran el Ejército y Fuerza Aérea mexicanos, así como la Armada de México.
Sus disposiciones son de observancia obligatoria para todos los militares, de conformidad con su Ley Orgánica.
El militar debe observar buen comportamiento, para que el pueblo deposite su confianza y los considere como la salvaguarda de sus derechos. Lo anterior lo dicta el Artículo 2° de la Ley de Disciplina para soldados de tierra y aire.
El papel que tendrán las fuerzas armadas a partir del inicio formal de operaciones de la Guardia Nacional será, en principio, el mismo que han venido desarrollando desde hace 18 años con todos los ejercicios de Policía Federal, es decir, fortalecer la labor policial.
Lo más importante es que los militares basan este apoyo en su disciplina, en su lealtad, en discreción y efectividad de sus acciones.
La Guardia Nacional es un cuerpo civil; sin embargo, falta mucho para alcanzar los niveles de demanda que se tienen en la sociedad —sobre todo en el tema de seguridad— y no porque su carácter civil la haga ineficiente o inoperante, sino porque los objetivos que persigue en función de la realidad de país hace forzosa su capacitación, adiestramiento, aprovisionamiento, acuartelamiento y lo más importante, el reclutamiento de efectivos, lo que todo sumado deberá por fuerza apoyarse en los militares para lograrlo.
Se insiste en que el papel de los militares en este arranque de la GN será más que necesario, natural, ya que ninguna otra institución del país tiene la fortaleza para apoyar a este nuevo cuerpo.
Por ejemplificar el rol militar, vale decir que la GN opera hoy con elementos de la Policía Militar y la Infantería de Marina; de hecho, su comandancia está bajo la responsabilidad de un militar y su Estado Mayor, se compone por un soldado y un marino.
Aun y con su carácter civil, la Guardia Nacional siempre estará apoyada por las fuerzas armadas. En los hechos, siempre los van a necesitar y no porque los militares busquen protagonismo, más bien porque la realidad así lo exige y lo seguirá exigiendo en los próximos años.
La labor de las fuerzas armadas siempre será complementaria a todas las instituciones del país y la Guardia Nacional no será la excepción, por lo que se debe comprender que no es una lucha por poder. Se ha insistido mucho en este espacio sobre la incomprensión hacia el poder real que tienen los militares en México, poder que para los mexicanos ha sido de beneficios.
Como ejemplo, son cada vez más las comunidades olvidadas que solicitan la presencia militar para devolverles la paz y la tranquilidad, ahí están los casos de comunidades serranas en los estados de Guerrero y Sinaloa.
Quienes insisten en pretender a los militares como una amenaza, han perdido su tiempo en una discusión estéril.
Quienes creen que los militares les hacen sombra, no entienden el equilibrio necesario que le dan a la política las fuerzas armadas.
Ninguna otra institución del país tiene la fortaleza para apoyar a este nuevo cuerpo