Milenio Hidalgo

Brasil, a la final. En tiempo extra y con un penal, el Tri apenas supera a Haití

Copa Oro. Sin un buen juego, la selección mexicana tuvo una mala noche frente a Haití, al que solo logró vencer con un penal muy dudoso y en los tiempos extras

- MINELLI ATAYDE PHOENIX, ARIZONA

Gerardo Martino manoteaba en el aire, luego en la mesa, y volteaba a ver a Norberto Scoponi, porque no daba crédito a las fallas de sus jugadores. El Tata, desde un palco del State Farm observó el encuentro entre México y Haití, y ahí, sin mayor reparo, dejó ver la desesperac­ión que le causó las constantes fallas de sus futbolista­s de frente al marco.

Fue hasta el minuto 92 que se relajó, que se paró de su asiento y le dio un abrazo a Scoponi, justo después de que Raúl Jiménez concretara con frialdad un penal muy polémico que se animó a marcar el árbitro Abdulrahma­n Al-Jassim por una supuesta falta sobre el delantero del Wolverhamp­ton. Ahí, México selló su pase a la Final de esta Copa Oro con mucho sufrimient­o.

El conjunto del Caribe defendió con mucho orden, garra y desesperó a los mexicanos, incluso en los últimos instantes lanzó un disparo al travesaño que hizo temblar al Tricolor.

Desde el arranque del encuentro, los haitianos dejaron en claro venían a faltarle el respeto a la selección mexicana, nunca se sintieron menos. Y es que aunque el Tricolor tenía más tiempo el esférico no lograba concretar el gol que pudiera darle un poco de tranquilid­ad.

De repente, el duelo comenzó a cortarse con algunas faltas. Hubo mucha lucha en la media cancha. El tedio lo rompió un centro raso de Jesús Gallardo desde la banda izquierda que ningún compañero llegó a cerrar.

El Tricolor tenía oportunida­des, como cuando al 34’, tras un par de tiros rechazados, le quedó el balón a Jonathan dos Santos, pero de nueva cuenta erró su remate. Dicha situación generó la molestia de Gerardo Martino.

Tan estresante era para los mexicano no poder romper la defensa haitiana, que al 42’, los aficionado­s presentes comenzaron con el grito de “¡sí se puede!”, cuando aún faltaba tiempo para que concluyera el encuentro.

El segundo tiempo comenzó con un tiro a la puerta de Guillermo Ochoa por parte de Frantzdy Pierrot. Afortunada­mente para la causa mexicana solo quedó en un intento.

Sin embargo, de nuevo el cuadro azteca tomó las riendas. Un tiro de Carlos Salcedo fue el que se quedó más cerca de la portería,

aunque se ahogó el grito de gol.

Al 61’ se dio una jugada en la que Bazile le pegó en la cabeza a Luis Rodríguez. Se notó aparatosa porque de inmediato la sangre comenzó a correr por el rostro del mexicano.

Fue en el 66’ que de nueva cuenta los seguidores, en su mayoría del Tri, se levantaron del asiento con un cobro que hizo Andrés Guardado a balón parado. El balón lo sacó el portero Placide a mano cambiada.

Los cambios para México comenzaron, entró Uriel Antuna y Carlos Rodríguez en lugar de Guardado y Roberto Alvarado. Los minutos transcurrí­an, México dominaba, el Tata se enojaba con las fallas, pero el gol no llegaba, hasta que el reloj marcó el minuto 92 y Raúl Jiménez concretó ese penal tan dudoso.

Así, México logró su boleto con un juego que se ha desinflado y que por ahora genera mucha incertidum­bre.

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AFP Héctor Moreno jala a Pierrot.

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