De gorra ni quién nos corra
En pleno Día Mundial del OVNI y atento a la pelea entre Frida Sofía y su jefecita La Guzmán, pienso que no hay nada más chocante que la austeridad republicana cuando vienes de la cultura de echar la casa por la ventana, de despacharte con la cuchara grande, del despilfarro y la mexicana alegría. O sea, no es correcto, no es normal que la oposición
que viene de vivir como pachá sea condenada a rendirle culto a la ley de austeridad, como si no fueran miembros del Godinato VIP ni herederos por antonomasia de las glorias del derroche y las mieles de la padroterapia intensiva.
Digo, por eso ya se quejaron prianistas, perredistas y sus adláteres con justa razón, ante la posibilidad de tener escaño y no poder hacerle daño al presupuesto. Por favor, estos notables luchadores por la justicia social como Mancera, Chong & Friends, que luchan al ritmo de “De gorra ni quién nos corra” y “Gratis hasta puñaladas”, se merecen al menos los niveles de vida legislativa que llevaba Don Beltrone con tanta soltura.
Si la austeridad es un atentado contra altos funcionarios que aspiran a mantener la bonita tradición de actuar como mirreysazos, papalords y juniors de rancio abolengo, es todavía más malvada cuando pretende cerrar la puerta giratoria de estos personajes que, alegremente, salían del servicio público a chambear en la iniciativa privada con una máxima tatuada en la mente: lo que pasa en el gobierno, se queda en el gobierno.
En ese sentido, la idea de obligar a los viejos funcionarios 10 años para poder reclutarse en la iniciativa privada es mala onda. Digo, ¿qué hubieran hecho grandes ídolos de barro de la tecnocracia y el neoliberalismo como Pedro Aspe, Zedillo, Calderón, El Osito Téllez, el Ángel de la dependencia, entre tantos otros, de no haber podido trabajar para los empresarios que con gusto los acogieron, sin pedir a cambio información privilegiada es imposible. Todos sabemos que quienes han tenido un cargo público como los inenarrables de la Loca academia de Javidús, Chayito Robles, El Padrote Padrés, entre un bonche más que tristemente están calentando banca, sin olvidar al maestro de maestros de la chatarra y los agronitrogenados con Odebrecht incluida, mi Lozoya Lozoyita, jamás de los jamases osarían ni antes ni después de gozar de la plenitud del poder, a pasar de informeichon clasificaichon.
Dígale no a la austeridad republicana
Obligar a los viejos funcionarios esperar 10 años para poder reclutarse en la IP es mala onda