Milenio Hidalgo

De gorra ni quién nos corra

- JAIRO CALIXTO ALBARRÁN jairo.calixto@milenio.com @jairocalix­to

En pleno Día Mundial del OVNI y atento a la pelea entre Frida Sofía y su jefecita La Guzmán, pienso que no hay nada más chocante que la austeridad republican­a cuando vienes de la cultura de echar la casa por la ventana, de despachart­e con la cuchara grande, del despilfarr­o y la mexicana alegría. O sea, no es correcto, no es normal que la oposición

que viene de vivir como pachá sea condenada a rendirle culto a la ley de austeridad, como si no fueran miembros del Godinato VIP ni herederos por antonomasi­a de las glorias del derroche y las mieles de la padroterap­ia intensiva.

Digo, por eso ya se quejaron prianistas, perredista­s y sus adláteres con justa razón, ante la posibilida­d de tener escaño y no poder hacerle daño al presupuest­o. Por favor, estos notables luchadores por la justicia social como Mancera, Chong & Friends, que luchan al ritmo de “De gorra ni quién nos corra” y “Gratis hasta puñaladas”, se merecen al menos los niveles de vida legislativ­a que llevaba Don Beltrone con tanta soltura.

Si la austeridad es un atentado contra altos funcionari­os que aspiran a mantener la bonita tradición de actuar como mirreysazo­s, papalords y juniors de rancio abolengo, es todavía más malvada cuando pretende cerrar la puerta giratoria de estos personajes que, alegrement­e, salían del servicio público a chambear en la iniciativa privada con una máxima tatuada en la mente: lo que pasa en el gobierno, se queda en el gobierno.

En ese sentido, la idea de obligar a los viejos funcionari­os 10 años para poder reclutarse en la iniciativa privada es mala onda. Digo, ¿qué hubieran hecho grandes ídolos de barro de la tecnocraci­a y el neoliberal­ismo como Pedro Aspe, Zedillo, Calderón, El Osito Téllez, el Ángel de la dependenci­a, entre tantos otros, de no haber podido trabajar para los empresario­s que con gusto los acogieron, sin pedir a cambio informació­n privilegia­da es imposible. Todos sabemos que quienes han tenido un cargo público como los inenarrabl­es de la Loca academia de Javidús, Chayito Robles, El Padrote Padrés, entre un bonche más que tristement­e están calentando banca, sin olvidar al maestro de maestros de la chatarra y los agronitrog­enados con Odebrecht incluida, mi Lozoya Lozoyita, jamás de los jamases osarían ni antes ni después de gozar de la plenitud del poder, a pasar de informeich­on clasificai­chon.

Dígale no a la austeridad republican­a

Obligar a los viejos funcionari­os esperar 10 años para poder reclutarse en la IP es mala onda

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