¿PF contra la Guardia?
Las protestas de elementos de la Policía Federal por su traslado administrativo y laboral al Ejército para ser parte de la Guardia Nacional es un asunto serio y que no debe tomarse a la ligera.
Las dos instituciones de seguridad
de mayor rango en el país, la Gendarmería y la Sedena, han colaborado y trabajado desde siempre, pero con la sana distancia entre sus entes operativos y organigrama.
Ayer durante los bloqueos en la carretera México- Querétaro, pude dialogar con varios elementos de la Policía Federal quienes se sinceraron. No desean ser parte del Ejército y no por miedo al trabajo o al cambio, sino por las condiciones que, dicen, les ofrecen.
En la Gendarmería, un agente de más de 5 años de antigüedad tiene derecho a bonos (casi 10 mil pesos) por días consecutivos de trabajo, cosa que no existe en la milicia y se reciben sueldos competitivos por encima de la media nacional, ganando incluso más que cualquier profesionista o recién egresado (15 mil pesos a la quincena).
Puede la protesta de la Policía Federal generar opiniones diversas y encontradas, los agentes no tienen la culpa de haber sido contratados con sus actuales condiciones; arriesgar la vida no es cosa fácil y ellos, junto a los soldados y marinos, policías estatales y municipales, son los que se la juegan todos los días para salvaguardar a la ciudadanía. El reconocimiento de la sociedad se hizo patente con el apoyo de varios sectores a la movilización en la vía de acceso a Hidalgo; transportistas se sumaron, ciudadanos esperaron pacientes a que se les diera el paso, y al final se entiende que es algo que debe solucionarse en la mesa de la política de seguridad, de los mandos y funcionarios que deciden el futuro de cientos de trabajadores del Gobierno de México.
Puede la protesta de la Policía Federal generar opiniones diversas y encontradas