Deportados hidalguenses
El surgimiento de la crisis política entre Estados Unidos y México ha impactado más en la economía que en la
política entre ambos países; además, fue ocasionada por los migrantes centroamericanos que cruzan de manera indocumentada.
Por esta razón, se ven obligados los dos gobiernos a reforzar la vigilancia fronteriza y expulsar a los centroamericanos en grandes números, aunque el escenario de la migración entre ambos países era cercano a desaparecer.
Nuevamente México permitió el paso de miles de centroamericanos y de diversas naciones; problema que ha reactivado las alarmas con respecto al tema de las deportaciones y su posible intensificación al inicio de la campaña electoral presidencial de Estados Unidos, consolidándose con la reelección de Donald Trump. A partir de este escenario, los últimos acuerdos logrados por el Secretariado de Relaciones Exteriores: Marcelo Ebrad, pareciera que su definición no implica mayor problema para los indocumentados mexicanos; sin embargo, lo visto suele asociarlo directamente con ello, como el retorno forzado. Así se observan discrepancias cuando se emplean las mismas reglas de juego de detención y deportación a los migrantes mexicanos, que en la mayoría de los casos volvieron a intentar el cruce fronterizo indocumentado, como el caso de los más de dos mil hidalguenses que fueron deportados desde Estados Unidos después de residir uno o varios años. Algunos de ellos habían pasado más tiempo allá que en Mexico, por lo que no tienen a dónde regresar en nuestro país, enfrentando un problema económico grave; para el estado, finalmente esto tiene distintas repercusiones para las localidades hidalguenses receptoras que genera un compromiso al gobierno.