Datos oficiales del desastre
Enunartículoqueescribíenseptiembredel año pasado afirmé que, por la austeridad, los despidos del personal de confianza calificado, la concentración irracional de compras en la SHCP y los funcionarios nuevos e inexpertos, entre otros factores, “el gobierno puede convertirse en la crónica de un desastre anunciado”. Unos ejemplos de ello eran la posibilidad de tardanzas en las licitaciones del IMSS, lo que produciría desabasto de medicamentos y que, si en diciembre no se licitaba la compra de papel, no habría libros de texto en agosto de este año.
Nosenecesitabamuchacienciaparahacerlealprofeta. Era sentido común. El desastre ha adquirido rostroencasitodoslosámbitosdelgobierno.Elúltimoinforme de la Secretaría de Hacienda sobre el gasto público al mes de abril es desolador. Entre enero y abril de este año, en todos los programas del sector público se gastaron 367 mil millones, 23 por ciento menos que lo autorizado por el Congreso, que era de 476 mil millones. Es decir, se dejaron de ejercer 109 mil millones de pesos. Las secretarías que tienen los mayores porcentajes de incumplimiento de su gasto son Trabajo (77 por ciento), Turismo (61 por ciento), Desarrollo Urbano (55 por ciento), Comunicaciones y Transportes (43 por ciento) y Medio Ambiente (24 por ciento). En educación, salud y desarrollo social no se gastaron 10milmillonesdepesos.¿Poresolesurgiríacambiaral director de Coneval?
Lo anterior significa que la población ha recibido 23 por ciento menos servicios y bienes públicos. Por eso, la crisis de atención en los centros de salud, el desabasto de medicamentos,losniñossinestancias infantiles;lacrisisdeseguridad y el descontento de la Policía Federal; ministerios públicos en el hambre; investigaciones científicas detenidas; becariosenelextranjeroapuntodesercorridosdesus universidades; viejitos sin su pensión; obras públicas detenidasquesignificaron,segúnelInegi,másdecien mil albañiles despedidos y un largo etcétera.
Perolasmalascuentasdeldinerodelasociedadque el gobierno debe convertir en bienes y servicios para los mexicanos no terminan con el subejercicio del gasto. Mauricio González, socio de GEA, escribe hoy en el diario Reforma que el desperdicio de nuestros impuestos es descomunal: “la cancelación del NAIM; la indemnización forzada de los tenedores de la deuda aeroportuaria; la construcción innecesaria del aeropuerto de Santa Lucía; el incremento del costo financiero de la deuda de Pemex por la negligencia de no presentar un plan de negocios oportuno, y la desaceleración del PIB de 2019 causada por la desconfianza y la incertidumbre atribuibles a los errores gubernamentales suman, bajita la mano, 250 mil millones de pesos”.
Ese dinero desperdiciado —que no es producto del “desastre neoliberal” heredado, sino del “me canso ganso”— sería suficiente para duplicar todos los presupuestosestatalesdeseguridadyemprenderunproceso de depuración, ampliación y fortalecimiento de todaslaspolicíasestatalesymunicipales.Deesetamaño la irresponsabilidad.
La “eficacia” de la 4T en todo su esplendor. No obstantequeAMLOhadicho—segúnelanálisisdelTaller de Comunicación Política Spin— 168 veces que “vamos requetebién” y 208 veces “yo tengo otros datos”, cadavezlostendráquedecirmásseguido.Dimedequé presumes y te diré de qué careces.
En educación, salud y desarrollo social no se gastaron 10 mmdp; ¿por eso urgiría cambiar al director de Coneval?