Cine. Apuesta por el humor blanco en Hasta que la suerte nos separe
Víctor Hugo Martín y Reynaldo Rossano coinciden en que es más fácil provocar llanto que risas
El 8 de mayo de 2020 llegará a las salas de cine el remake del filme brasileño Hasta que la suerte nos separe. Víctor Hugo Martín y Reynaldo Rossano forman parte del elenco dirigido por Gerardo Morán; los tres platican con M2 sobre lo dulce de la historia, pero también de la dificultad de hacer comedia pura en una cartelera donde domina el romance y los chistes fáciles.
“Estamos creando un proyecto para toda la familia, para los sobrinos, la tía, la abuelita; es una película de humor blanco, esto no abunda en la cartelera, es muy fácil hacer una comedia de vulgaridades, desnudos, malas palabras y del chiste fácil. Siento que esta comedia rescata el género de la comedia blanca, la comedia de situación, la comedia que te entretiene por las patoaventuras de las familias y sus conflictos”, dice Martín.
“Hacer una comedia es muy difícil, de verdad hacer llorar a veces es más fácil; hacer reír sin que sea un chiste tonto o fácil es difícil, sobre todo para que se pueda reír alguien de 70 años hasta el pequeño de ocho”, añade Morán, mientras Rossano considera que “el humor es algo muy personal, lo que a uno le da risa al otro no, por eso es muy complejo”.
Un par de camiones de producción llaman la atención en la calle Orizaba de la colonia Roma, lo mismo pasa con el equipo de iluminación dentro de un restaurante con ventanas trasparentes; los curiosos no pierden la oportunidad de detenerse un minuto y ver qué ocurre; dentro, Tino (Martín) y Chema (Rossano) juegan billar con algunos amigos, beben cerveza y de vez en cuando gritan “salud”.
El guión aborda la historia de Tino, un entrenador de gimnasio que gana una inmensa fortuna en la lotería, pero tras 15 años de derroches termina en bancarrota total; sin poder decirlo a su familia, ahora tendrá que acudir a su antipático vecino Mauro pa
ra enfrentar la situación entre confusiones y risas.
“Lo que ha sido muy interesante para mí es darme cuenta de lo difícil que es hacer reír, que la situación tiene que tener timing, brillo, naturalidad y espontaneidad; es un trabajo muy complejo de realizar.
“Además, me había tocado hacer personajes más dramáticos o duros; hacer un personaje amoroso, dulce y pachón me está retando mucho, ha sido una aventura descubrir los colores de Tino”, comparte el protagonista.
Para Morán es su ópera prima como director, luego de producir largometrajes como La boda de mi mejor amigo, Los adioses y Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando; reconoce que es un reto en muchos sentidos, pero lo que más atesora de la experiencia es la satisfacción que le ha dejado.