La alquimia del fuego para transformar cuerpo y mente
Esta expresión en la vida cotidiana es la capacidad de producir cambios; incluso, llega a modificar la conciencia
Después de hablar de los elementos Tierra y Agua y su relación con nuestro cuerpo y mente en el contexto yóguico, hoy toca el turno al Fuego y sus cualidades de transformación, purificación, inicio, poder, explosividad, intensidad, acción, inspiración y conciencia.
Cuando el elemento fuego está equilibrado hay un despliegue de voluntad, poder, autoafirmación, autodisciplina, calidez, viveza, compromiso, pasión y acción transformadora. En cambio cuando hay desbalance aparecen conductas adictivas, pensamientos obsesivos, baja autoestima, inseguridad, aislamiento, impotencia, miedo al rechazo y al abandono.
Si el fuego es bajo, puede manifestarse depresión, falta de motivación y retraimiento; si es alto hay irritabilidad, enojo constante y agresividad. Un desequilibrio de fuego también puede causar inflamación o indigestión. Al ser un elemento de combustión, es responsable de la regulación y distribución de la energía metabólica por todo el cuerpo.
El fuego es luz y calor y permite percepción y movimiento. Sin embargo su fuerza alquímica produce la transformación que permite trascender lo viejo y obsoleto y las inercias que nos atrapan en patrones de comportamiento inconscientes, de ahí su enorme poder de sanación.
Su casa natural es el abdomen y el plexo solar, y está asociado con Manipura, el tercer chakra, por lo que rige los procesos digestivos. Es un elemento masculino, “positivo, dinámico y exigente, siempre en busca de formas para crecer y arder con mayor intensidad”.
Hablando de yoga, el fuego dinamiza las posturas, aviva el cuerpo, interioriza la atención, purifica la mente y transforma la conciencia: “Es el elemento transformador que convierte la energía pasiva en dinámica a través de la voluntad, creando así nuevos esquemas de comportamiento. El fuego es la influencia transformadora capaz de destruir la forma y liberar energía”.
Como explica el portal yogadinamico.com, La postura de la Silla ayuda a balancear el fuego.
“la aplicación superficial de fuego en la práctica de yoga es generar calor por medio de intensidad, lo cual simplemente dispersa el calor, y peor cuando es acompañado de sudoración porque malgasta minerales del cuerpo debilitándolo”.
En contraparte, la aplicación sutil es integrar cuerpo, mente, energía y conciencia y esto se logra a través de Sarvangabandha o la aplicación de los bandhas o candados musculares-energéticos
a lo largo del tronco.
Utkatasana o la postura de la silla es excelente para balancear el fuego. Esta posición no solo trabaja piernas y brazos, sino que también estimula los músculos abdominales. Después de algunas respiraciones, se puede comenzar a sentir el calor ascendiendo desde el ombligo.
El fuego, elemento transformador que convierte la energía pasiva en dinámica