El placer del sexo divertido

Un elemento que no siempre se contempla cuando se piensa en una vida erótica placentera es la diversión, la cual puede ir acompañada por risas compartidas, la curiosidad, el entretenimiento y hasta la camaradería en pareja. El sexo no debe ser una cosa fría y formal, aunque sea necesario ejercerlo con seriedad en tanto es importante llevarlo a cabo de manera sana, segura y consensuada. En realidad puede convertirse en una fuente de alegría y bienestar que nos acerque a nuestras parejas.

Creo que una de las situaciones que llevan a no contemplar la diversión en esos momentos es que creemos que la erótica está relacionada únicamente con la penetración. Cuando es así, es lógico que se crea que en los pocos minutos que dura no quede lugar para el relajo y las carcajadas. No obstante, si se comprende que el encuentro erótico puede durar todo el tiempo que queramos porque incluye la seducción, la conversación, el compartir la música o la bebida, las caricias, la exploración de todo el cuerpo, el sexo oral, la estimulación con sabores, con juguetes, con aceites, entonces sonará lógico que haya chance de divertirse en esos menesteres.

Mi consejo es que traten de prolongar el momento que dediquen al gozo. Salgan de la cama y vayan a la sala, a un hotel, a una casa rentada o a ese lugarcito especial en donde la vivencia se vuelva más completa. Platiquen entre besos, háganse cosquillas, jueguen sin pudor. Muchas veces hacer posturas nuevas o emplear algo diferente como un lubricante o un estimulante puede despertar su espíritu lúdico.

No hay que menospreciar los “rapidines”, porque a veces generan muchas carcajadas por el atrevimiento, por la incomodidad, al despertar la sospecha de los demaś, por las “mañas” para disfrutar de esos segundos y, muy importante, esas historias se pueden integrar como gasolina que encienda encuentros venideros; recordar esa complicidad llega a generar una nueva excitación que irá acompañada de la seducción de unas buenas risotadas.