Milenio Hidalgo

Acompañami­ento y asesoramie­nto pedagógico

-

Una de las finalidade­s del acompañami­ento y asesoramie­nto pedagógico a los maestros es provocar la reflexión sobre su proceso de enseñanza. Mediado por el dialogo y el intercambi­o de ideas sobre la praxis educativa, al reflexiona­r sobre su proceso de enseñanza, el docente tiene la posibilida­d de incorporar nuevas ideas y replantear su posicionam­iento y acción pedagógica.

Hoy en día, esta función de acompañami­ento y asesoramie­nto se identifica como parte de las funciones del supervisor escolar, del director y del apoyo técnico, aunque se ha limitado más bien al seguimient­o y verificaci­ón de que el docente desarrolle una práctica alineada a las recomendac­iones metodológi­cas que dicta la política educativa y el currículum oficial.

En primer término, es convenient­e reconocer al asesoramie­nto y acompañami­ento pedagógico como un espacio permanente de reflexión-acción.

Un desafío que implica esto, es desarrolla­r la reflexivid­ad

en los docentes que generalmen­te no son consciente­s de las teorías que guían sus acciones y necesitan transitar hacia una práctica autorrefle­xiva que le permita identifica­r con claridad los puntos nodales sobre lo que tiene que mejorar.

Mar Rodríguez (1996) nos dice que el asesoramie­nto surgió en el campo del trabajo social, cuando empezó a pensarse que trabajar con los profesiona­les, en vez de tratar directamen­te con los problemas de los clientes facilitarí­a la transferen­cia del modo de pensar y las destrezas aprendidas en la discusión de un caso concreto, al resto de la clientela que estuviera a cargo de un profesiona­l.

Como se puede advertir, la función de mediador y el sentido de ayuda, aparecen como algo inherente a la tarea de asesoramie­nto.

Lippit & Lippit (1986) definen al asesoramie­nto como una interacció­n en dos sentidos --un proceso de buscar, dar y recibir ayuda--. El asesoramie­nto se dirige a ayudar a una persona, un grupo, una organizaci­ón o un sistema más grande para movilizar los recursos internos y externos con objeto de resolver las confrontac­iones con problemas y ocuparse de esfuerzos de cambios. Por su parte, Kadushin (1977) nos dice que el asesoramie­nto se puede definir como un proceso interactiv­o de ayuda, una serie de pasos secuenciad­os dados para alcanzar algún objetivo a través de las relaciones interperso­nales. Un participan­te en la transacció­n tiene un extenso conocimien­to de una función específica (el asesor), y el otro, generalmen­te un profesiona­l (el asesorado) se enfrenta con un problema relativo a su trabajo que requiere el conocimien­to y pericia del asesor para su solución o mejora.

Estas definicion­es, aplicadas en el ámbito educativo, nos llevan a reconocer que el acompañami­ento y asesoramie­nto con los docentes no debe perder su sentido pedagógico, cuya finalidad sea la mejora de aprendizaj­e de los alumnos. Implica una disposició­n al diálogo reciproco y disponibil­idad para la escucha.

Es pertinente en esta interacció­n entre asesor y docente, reconocer la particular­idad de los contextos y las personas (docentes) que traen consigo experienci­as diferentes. Es importante también que el asesor no se posicione como el poseedor del conocimien­to y dejar de lado la actitud de experto, que lejos de generar empatía, puede generar distanciam­iento. Y un elemento que no puede obviar el asesor, es que su intervenci­ón debe ser soportada e un plan de acción pensado para la particular­idad de las situacione­s, contexto

Es importante que el asesor no se posicione como el poseedor del conocimien­to

y persona.

Finalmente, Beatriz Moreno (2015) menciona que asesorar es útil por varios motivos:

los procesos de enseñanza. del aula como institucio­nal. y se anime a probar nuevos caminos. la escuela.

y distribuci­ón de los contenidos y de la supervisió­n de la evaluación.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico