“Sorprende que México pretenda entablar una demanda por terrorismo”
La primera víctima de cualquier crisis es la verdad. La cultura armamentística en Estados Unidos no debe analizarse con una perspectiva plana o parcial. La historia sustenta que ese país fundó su desarrollo e independencia sobre el cimiento de las armas y esa tendencia armamentista se erige en una de las industrias más lucrativas y, por tanto, la expansión
de su influencia social y política es importante. Anualmente hay más de 6 mil ferias de armas en estados norteamericanos, de tal manera que la viabilidad de una reforma radical que prohíba la compra venta de armas implica la erradicación de una parte de su cultura e identidad.
Cada vez que ocurre un tiroteo masivo el debate arrecia sobre la urgencia de una legislación que endurezca los protocolos para la obtención de un arma. Estados Unidos encabeza la lista de países con tiroteos masivos y pocos son tratados como actos de terrorismo doméstico.
En la era del terror globalizado casi todo el mundo parece tener una idea de lo que es el terrorismo, o al menos, de cuáles son los actos que merecen ser calificados como tal. Se trata de una percepción más emocional —o política— que jurídica, y la comunidad internacional no dispone de una definición legal genérica de los elementos constitutivos de un acto terrorista.
La ausencia de consenso en este punto ha sido un gran obstáculo a la hora de articular una respuesta coordinada de la comunidad internacional en esta materia.
Sorprende entonces que México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en lo que se traduce más bien como una acción con innegables tintes mediáticos y de propaganda, pretenda entablar una demanda por terrorismo contra Estados Unidos por el monstruoso acto ocurrido en El Paso, Texas.
Más allá de instalar una temática en plena crisis a través de las benditas redes, la construcción de la agenda alrededor de la tragedia —como resultado del innegable discurso de polarización, odio y racismo desde la Casa Blanca— para presumir en una fotografía el apoyo de los consulados hacia las familias devastadas fue totalmente innecesario ya que de criterio, ni hablar.
Inaudito.
Sorprende que México pretenda demandar por terrorismo a EU