La pobreza extrema se puede erradicar
La frase no es del Presidente. Tampoco estuvo en el discurso de la presentación de Coneval. Es de Carlos Salazar, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, esta organización que agrupa a los mayores 12 organismos de la IP.
Después de revisar los datos de esta semana, precisamente de Coneval, Salazar insiste en que el foco, el
zoom del gobierno y de las empresas debe ser eliminar a ese 7.4% de la población que vive en pobreza extrema (con menos de dos dólares al día y carencias de todo tipo) que suma 9.3 millones de personas. “Ellos batallan para poder comer, no tienen servicios, ni vivienda, ni salud, ni educación”, agrega el ex directivo de Femsa, “la pobreza extrema es la más fácil de solucionar porque depende de factores muy básicos como asegurar que se paguen los salarios mínimos, hacer que este tenga un constante incremento, con capacitación, educación y salud, con eso podríamos ir avanzando”.
Le hice un par de preguntas para entender su optimismo:
—¿Qué debería hacer el gobierno? —Primero tenerlos bien identificados, saber dónde están, ver dónde otorgar programas paliativos y asociado a eso, sumar programas de empleo, asegurarnos que ese trabajo tenga el salario mínimo, que tenga la posibilidad de capacitarse. Deben ser paliativos de corto plazo, como los programas sociales actuales que, aunque no nos gusten, se necesitan. Muchos me dicen ‘pero estamos regalando el dinero’ y yo les digo que deben ser paliativos de corto plazo. Si la persona no tiene para comer hay que ir a apoyarla.
—¿No se trata de asistencialismo?
—Soy de la idea de que hasta las ayudas que se entregan para estos programas sociales deberían ir siempre etiquetadas diciendo ‘este dinero se está dando gracias a quienes pagaron los impuestos y son ellos los que te lo están entregando, no es el gobierno’. Los paliativos no se deben convertir en apoyos permanentes porque hay que buscar las alternativas para sacarlos de esa situación.
—¿Cuál debe ser el rol, la responsabilidad del sector privado?
—Pienso que los salarios tienen que seguir subiendo, tenemos que encontrar la manera de poder constantemente mejorar la capacidad de consumo a la gente y esto va jalando a todos.
—¿Y qué opinan los empresarios de su idea? —No todos están de acuerdo, pero cuando veamos las ventajas y hagamos los números veremos que esto es viable y posible.
Me contó que en un Consejo de Administración él hizo un cálculo ante sus pares: los salario representan 20% del costo de una empresa. Pero, 10% de los cargos más altos se llevan 50% del costo de la nómina. Si solo se le aumenta sensiblemente el salario al decil más bajo de los empleados el impacto en el costo total de la empresa es muy pequeño, incluso puede compensarse con mejoras de productividad.
A veces los extremos parecen más cerca de lo que están y la solución social puede salir de cabezas que no son las de los gobernantes.