Del Toro: el más amado
Con motivo de su develación en el paseo de las estrellas en Hollywood Boulevard, y con el ánimo de destacar las buenas noticias de vez en cuando, ocupo este espacio para celebrar a un mexicano que no solo no suele meterse en controversias sino que realiza extraordinarias acciones constantemente, muchas más de las que nos enteramos, porque Guillermo del Toro auténticamente es un ejemplo de muchas de las mejores cosas que podríamos desear como mexicanos y como seres humanos.
En serio, pregunté en mis redes sociales si a alguien se le ocurría de algún mexicano más querido que el cineasta (porque honestamente, a mí no) y bueno, obtuve una que otra buena respuesta como Pedro Infante, Juan Gabriel o Julio César Chávez. Y claro, no faltaron los muchos que me gritaron de regreso AMLO, lo cual es un tema completamente aparte, pero un gran ejemplo de lo que quiero decir con Del Toro: no veo ninguna controversia respecto al creador de El laberinto del Fauno, porque es realmente el ser más auténtico y exitoso, por los motivos correctos, que he conocido en todos los años que llevo cubriendo cine.
La cosa es que el ejemplo del ganador al Oscar va mucho más allá de que si nos gusta o no el género que él maneja. En lo personal puedo maravillarme con la manufactura de la historia de muchos de sus monstruos pero maravillarme aún más que vengan de un ser que a toda vista es abierto, generoso y el perfecto opuesto de los seres infernales a los que les da vida de forma tan espectacular en la ficción.
Ayer Guillermo recibió su estrella y como siempre, con elegancia, clase, y la bandera mexicana muy en alto, dejó muy claro que hay formas de mandar mensajes contra el odio que tanto está devastando a nuestros connacionales del otro lado de la frontera.
“Como mexicano, recibir esta estrella es un gesto, y ningún gesto ahora puede ser banal o simple”, le dijo a las multitudes congregadas en el lugar. “Esto es muy importante que esté ocurriendo ahorita porque les puedo decir, a todos ustedes —inmigrantes de todas las naciones— que deberían creer en las posibilidades y nunca en los obstáculos”.
¿Por qué es tan querido Guillermo? Porque deja el terrorcomounejerciciocatárticodelaficciónylaverdadylaesperanzacomoundiscursoquenospuedellevar por los mejores caminos de la vida, sea lo que sea quequeramoshacer.Yparaquienlonecesite,estaspalabras funcionan de maravilla. Una versión actual de haz arte y no la guerra, “No crean en las mentiras que les digan de nosotros. Crean en las historias que llevan dentro y crean que todos podemos hacer una diferencia y que todos tenemos historias que contar, y que podemos contribuir al arte y a oficio y al mundo de la manera que consideremos que podamos aportar”.
Pues sí. Si en algo creemos muchos, es eso. Y en este eselprimeroenextenderunamanoparalograrlo._ hombre está la prueba de que no son solo palabras vacías, discursos desde el privilegio (vaya que Guillermo trabajó y la llegó a pasar muy mal para llegar a estosmomentos).Sí.QueremosaGuillermoporqueesla prueba fehaciente de que todo es posible, y él siempre
Sus monstruos vienen de un ser que a toda vista es abierto, generoso y el perfecto opuesto a ellos