¡Bella, ciao, ciao, ciao!

Cuando supe que habían asaltado la Casa de Moneda para llevarse varios kilos de centenarios, lo primero que pensé era que se trataba de un homenaje a La casa de papel y que lo único que les faltó fue cantar el ya clásico “Bella ciao”, hilo conductor de la serie española donde se cometen grandes atracos de a de veras sin el apoyo de empresas fantasma. Luego, ya atacado por un soez sospechosismo, imaginé que tan precisa operación donde les dejaron la arcas abiertas a

los ladrones para que hasta el más justo pecara, había sido encabezada por Chayito Robles. Y es que su abogado afirmó que en las cuentas bancarias que le congelaron a la ex de la Sedatu —que debe tener pacto con Nosferatu— solo había 20 mil pesos y supuse que en la desesperación bien hubiera podido disfrazarse de Tokio y planear un golpe maestro como el Profesor para financiar fianzas y amparos.

Una acción que en lo imaginario me parecía loable, pero en la realidad imposible. No solo por la probada probidad de Robles Berlanga, sino porque solo con la venta de algunas de sus bolsas le alcanzaría quizá hasta para comprar la casa del Sheila Ye Gon. Y de paso aportar para las causas del deporte mexicano, que ahora en los Juegos Panamericanos de Lima se la está rifando, a pesar incluso de sus dirigentes y melodramas rancheros del señor D’Alessio, que es más pesando que su jefecita en los 80.

(Digo, los símbolos de status que yo le recuerdo a la Robles están compuestos por zapatos, anillos, outfits y detalles que, a menos que sean del tianguis, harían palidecer al senador Samuel García de Movimiento Ciudadano —que ya ha dado pruebas de su apego al Mirreynato al estilo Niniverde—, y que ahora se puso a hacer tacos con su novia como si fueran los Ken y Barbie regios de la hueva mil.)

Como quiera que sea, me temo que si en efecto Chayito vive en una austeridad todavía más republicana que la de la 4T y tuviera tanta necesidad, mejor se hubiera lanzado no por la Casa de Moneda, sino con un tablajero de catego para apañarse unos kilos de longaniza carísima de Francia, de esa que compraba mi licenciado Peña y que le quería endilgar al Peje el panista Julen Rementiría. Habría sido más redituable.

Lo malo de toda esta persecución política contra la ex de la Sede sol peñist aes que le quita lustre a su gran logro, que puede compartir con Calderón: la lucha contra la pobreza, según el Coneval, lo único que consiguió fue producir más pobres.

¡Aplausos!

Atacado por un sospechosismo, imaginé que Chayito encabezó el asalto a Casa de Moneda