Ay, Jesús, las vándalas!
Digo,amaneradeconstanciadelestadodelmachismo depredador y violador en México, no quedó tan mal el Ángel de la Independencia. De hecho, es muy probable que la nueva decoración hubiera sido aprobada por Antonieta Rivas Mercado, una rebelde irredenta, hija del arquitecto constructor del emblemático monumento, que encabezó un montón de notables insurgencias. Más aún si tomamos en cuenta los niveles aterradores
de violaciones y feminicidios que hay en el país.
El movimiento #NoNosCuidanNosViolan no podría ser de otra manera: fuerte, vigoroso, rudo, encabronado, ante una sociedad poco solidaria y gobierno que desde tiempos inmemoriales no han sido capaces ni lo suficientemente sensibles para afrontar la violencia bestial contra las mujeres que viven en el desamparo y la muerte.
Digo, por más que las buenas conciencias exijan la intervención de la autoridad para impedir estas movilizaciones bravas, no puede sino reconocerse que la afrenta es tan grave que es increíble que se desate el melodrama ranchero por las pintas y colores, epítetos y reclamos que se quedaron plasmados en el Ángel. Eso se borra, los traumas no, ni las vidas son retornables.
Y en el colmo, la aparición de provocadores que buscan desprestigiar cualquier movimiento (choznos de los Halcones echeverristasyparientesdelosAnarcos-Anorkos peñistas) que, tristemente, encontraron celebridad con la artera madriza que le pusieron al buen amigo Juan Manuel Jiménez, compañero en MVS y en ADN 40.
AlgunoslequierencolgarlahazañaalgobiernodeClaudia Sheinbaum que, si bien no ha sido ni sensible ni muy lúcida ensumaneradeencararestahistoria(nopuedeserquelasupuesta violación de una chica por parte de policías no merezca una investigaciónlimpia,profesional,sindudasnipifiastanchabacanas),tampocoibanacometer el error de meter provocadores a lo buey. Otros, desde la ultraderecha de ultratumba, buscan establecer que hay un dejo de irracionalidad en esas luchas feministas sobredimensionadas y excesivas, como si ellas buscaran incitar a madreadores y violadores nada más para tener un pretexto paraalterarlelavidaalasociedadensuconjunto,incluyendo la de Niurka.
Lo peor es que mientras todo es una caótica y pendeja repartición de culpas, en algún lugar los hijoeputas machitos violadores se relamen sus grasientos bigotes.
El movimiento #NoNosCuidan NosViolan no podría ser de otra manera: fuerte, encabronado