Los propósitos de año nuevo
C omo cada inicio de año, la mayor parte de nosotros hacemos una lista de propósitos de año nuevo en relación con los temas que nos preocupan en este momento. También es muy común que comenzando el año estemos muy entusiasmados con su cumplimiento, pero que ese fervor vaya disminuyendo conforme avanzan los días y en muchos casos, antes de que termine enero, hayamos dejado de lado estos propósitos.
Esto sucede también en las organizaciones: en muchos procesos de planeación se identifican metas, estrategias y acciones que son emprendidas con entusiasmo y que poco a poco pierden relevancia. Pero, ¿qué pasa cuando esos propósitos personales o metas organizacionales están conectados con un propósito superior? En este caso, el paso del tiempo no merma el esfuerzo que realizamos por conseguirlos; nuestro entusiasmo nos permite seguir incansablemente hasta lograrlos.
¿Qué es, entonces, este propósito superior en las personas y en las organizaciones? Richard Leider, coach de vida, lo explica de manera muy simple: los dos días más importantes en tu vida son: el día en que naces, y el día en que comprendes para qué naciste. El propósito superior es justamente la respuesta a esta pregunta: ¿para qué nací como persona? o ¿para qué nació mi organización?
La invitación entonces es a tomar un espacio de reflexión para clarificar ese propósito superior que nos mueve. A nivel organizacional, las siguientes preguntas pueden servir de referencia para hacerlo: ¿Para qué fue creada esta organización? ¿Qué contribución queremos hacer a la sociedad? ¿Por qué el mundo es un mejor lugar gracias a nuestra presencia?