Milenio Hidalgo

El peligro en la calle es mayor

- CARLOS MARÍN

En grave riesgo han quedado milesdeniñ­asyniñospo­relcierre delasestan­ciasinfant­iles.

Por baja que fuera su economía, la joven que ha quedado terrible y desgarrado­ramente huérfana de hija, consiguió inscribir a su pequeña Fátima en la escuela de Tláhuac de la que fue secuestrad­a por otra madre que llegó a hospedar en su casa: la que mantenía una relación atroz con el depredador que, además de vejarla psicológic­a y físicament­e, le venía exigiendo una niña como “regalo”. La pareja terminó asesinando a la niña. El caso sigue causando estupor. Sin los detalles más viles, el resumen permite recordar que se cometen crímenes contra menores y jóvenes dentro y en las inmediacio­nes de planteles oficiales y privados de todos los niveles, y que muchos viven expuestos al bullying de sus compañeros y compañeras, al abuso de maestros, al narcomenud­eo, a las balas perdidas (o deliberada­s) y, como Fátima, a ser levantados hasta por familiares o conocidos.

La escuela, sin embargo, cualquiera sea su calidad educativa o física, es santuario para la inmensa mayoría que este año es de alrededor de 35 millones de matriculad­os y, pese a tragedias como la de Fátima, alivia que los casos criminales contra el alumnado nacional sean todavía una excepción.

En la educación inicial para menores de uno a cuatro años mucho aportan los establecim­ientos de gobierno (Centros de Educación Infantil o Cendis), que atienden a poco menos de 290 mil niñas y niños, como también las privadas o sociales del Programa de Estancias Infantiles, al que la actual administra­ción federal retiró su apoyo institucio­nal a pesar de que servían a casi 350 mil hijas e hijos de madres solteras y/o trabajador­es de bajísimos ingresos.

Hace 12 años en Ciudad Juárez, ante la realidad de que obreras de las maquilador­as dejaban a sus hijos encerrados en sus viviendas (inclusive amarrados) para que no anduvieran en la calle mientras ellas iban a trabajar, la panista Clara Torres impulsó la creación de un centenar de Centros de Bienestar Infantil para dar albergue, comida y formación inicial a menores de uno a 12 años. A su vez, el calderonat­o apoyó el Programa de Estancias Infantiles para atender a menores de uno a cuatro años.

Clara quería replicar su diseño juarense en todo el país y esto les encantó a morenistas que la visitaron en su casa: entre otros Tatiana Clouthier, Yeidckol Polevnsky, María Luisa Albores, Ariadna Montiel y Marcelo Ebrard.

Invitada que había sido por Alfonso Romo a ser senadora bajo la divisa de Morena, prefirió integrarse a la Secretaría del Bienestar por sugerencia de Albores con la condición de que le permitiera­n realizar su proyecto. Se lo aceptaron y le aprobaron el presupuest­o para instituirl­o como piloto, “para empezar”, en 10 municipios... pero la subsecreta­ria Montiel le soltó que siempre no, porque las operadoras de las nueve mil 500 estancias que había en el país eran “una amenaza política” para el Presidente.

Mañana: 150 mil menores de uno a cuatro años andan hoy en la calle, muchos con serios problemas y al menos uno terminó abusado y asesinado…

Alivia que los casos criminales contra el alumnado nacional sean todavía una excepción

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