Para el futbol en Italia, Corea y China por temor al contagio
En el calcio analizan juegos a puerta cerrada incluso para la Champions
La llegada del coronavirus a Italia ha tenido diversas repercusiones en el deporte empezando por el futbol, donde cuatro partidos de la Serie A fueron aplazados: Torino-Parma, Inter de Milán-Sampdoria, Atalanta-Sassuolo y Verona-Cagliari, a causa de la alerta emitida en el país.
“Tenemos el deber de ser prudentes y responsables. Es necesario actuar con seriedad y determinación, sin alarmismo, pero evitando cualquier situación de riesgo”, dijo Vincenzo Spadafora, ministro de Deportes italiano y encargado de tomar la decisión.
Lo apretado de los calendarios y las competencias de UEFA incluso han llevado a pensar en que algunos partidos puedan celebrarse a puerta cerrada. “Jugar sin público ha sido valorado por el gobierno, pero aún no se ha tomado una determinación. Lo más importante es la salud de las personas, pero es cierto que habrá un problema con el calendario, que se agrava esta temporada puesto que Liga y Copa han de acabar antes por la celebración de la Eurocopa”, declaró Giovanni Malagò, presidente del Comité Olímpico de Italia.
En tanto, autoridades del futbol de Corea del Sur también decidieron posponer de forma indefinida el inicio de la temporada 2020. La Liga K hizo el anuncio tras una reunión de emergencia en Seúl; aunque la mayoría de contagios se han presentado en Daegu, existe el temor de que el virus se propague a escala nacional. Los juegos de la Liga de Campeones Asiática se jugarán, pero a puerta cerrada y el inicio de la temporada de la Súper Liga China también fue pospuesto.
El juego entre el Inter de Milán y el Ludogorets (Bulgaria) correspondiente a la Europa League puede ser el primer encuentro a puerta cerrada por el miedo al contagio, la medida fue aprobada por el ayuntamiento de Milán y el de Lombardía, solo hace falta que la UEFA lo haga oficial.
El partido de Champions League de hoy entre Nápoles y Barcelona no está en riesgo, aunque a una expedición catalana tuvo que pasar por un control sanitario a su llegada a la ciudad italiana.