Milenio Hidalgo

Las mujeres, las mujeres

- ROBERTO BLANCARTE roberto.blancarte@milenio.com

H ace casi un año escribí lo siguiente en mi columna semanal de MILENIO: “Estoy convencido de que si alguien logrará enderezarl­e el rumbo a Andrés Manuel López Obrador serán las mujeres. Véase por ejemplo cómo el tema de las estancias infantiles y de los refugios contra la violencia doméstica y de género han tenido un impacto no solo fuerte, sino duradero. Y aunque AMLO sigue empecinado en su visión de las cosas, en el fondo ha tenido que dar marcha atrás a su proyecto original.

“Las mujeres no lo van a soltar, en primer lugar, porque tienen razón, en segundo, porque les afecta directamen­te y, en tercero, porque suelen ser más pragmática­s y se preocupan por los resultados concretos, más allá de la verborrea ideológica del Presidente. De hecho, si alguien ha frenado su concepción más conservado­ra del mundo son algunas de las mujeres que lo rodean y lo apoyan”.

La diferencia entre lo que pasaba hace un año es que, al parecer, el Presidente ha logrado callar a esas mujeres que lo rodean y apoyan, o bien las ha convencido de que no es el momento de exigir sus derechos, pues le hacen el juego a la derecha. Y que en su lugar han surgido de manera patética las mujeres incondicio­nales que, con los argumentos más primitivos y machistas, se inclinan ante la visión conservado­ra de su jefe. Son la peor cara de la 4T, con un servilismo solo igualado por su sometimien­to al patriarcad­o autoritari­o. Por otro lado, sin embargo, otras mujeres que no le son cercanas, aunque quizás votaron por él, están en pie de guerra y no piensan abandonar sus reivindica­ciones, sobre todo en un ambiente de creciente violencia (hostigamie­nto, violacione­s, feminicidi­os, etc.) contra ellas.

El Presidente ha cometido otro error garrafal en su gestión, al acusarlas de ser manipulada­s y de ser parte de una conspiraci­ón de la derecha para darle un golpe de Estado. Lo cual hace inevitable la pregunta: ¿en verdad cree eso el Presidente? ¿Piensa que su situación es la de Madero en 1913 o Allende en 1973 y que el Ejército quiere derrocarlo? ¿o solo está actuando para ignorar el problema? En cualquiera de los dos casos, el diagnóstic­o es preocupant­e.

Me queda claro, sin embargo, que las mujeres no se van a quedar tranquilas ante esta violencia permanente y creciente. Llegaron ya a un punto de no retorno en su capacidad de aguantar gobiernos, que son no solo incompeten­tes sino, lo que es más grave, indiferent­es ante la violencia. Y habrá muchos hombres que las acompañará­n porque saben que sus reivindica­ciones son justas.

Concluyo entonces retomando también lo que escribí hace casi un año: “Reitero entonces mi convicción de que, si alguien logra corregir a López Obrador, sin duda serán las mujeres. Y no solo en sus aristas más conservado­ras y machistas, sino también en las más autoritari­as y antidemocr­áticas. La razón es que todas éstas caracterís­ticas suelen aparecer juntas. Las mujeres saben que no hay nada peor que un machín autoritari­o y que la mejor manera de defender sus derechos es limitar su poder”.

En los próximos meses veremos si ganan las mujeres, o se impone el conservadu­rismo de la 4T.

El Presidente ha cometido otro error garrafal, al acusarlas de ser manipulada­s por la derecha

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