Las mujeres, las mujeres
H ace casi un año escribí lo siguiente en mi columna semanal de MILENIO: “Estoy convencido de que si alguien logrará enderezarle el rumbo a Andrés Manuel López Obrador serán las mujeres. Véase por ejemplo cómo el tema de las estancias infantiles y de los refugios contra la violencia doméstica y de género han tenido un impacto no solo fuerte, sino duradero. Y aunque AMLO sigue empecinado en su visión de las cosas, en el fondo ha tenido que dar marcha atrás a su proyecto original.
“Las mujeres no lo van a soltar, en primer lugar, porque tienen razón, en segundo, porque les afecta directamente y, en tercero, porque suelen ser más pragmáticas y se preocupan por los resultados concretos, más allá de la verborrea ideológica del Presidente. De hecho, si alguien ha frenado su concepción más conservadora del mundo son algunas de las mujeres que lo rodean y lo apoyan”.
La diferencia entre lo que pasaba hace un año es que, al parecer, el Presidente ha logrado callar a esas mujeres que lo rodean y apoyan, o bien las ha convencido de que no es el momento de exigir sus derechos, pues le hacen el juego a la derecha. Y que en su lugar han surgido de manera patética las mujeres incondicionales que, con los argumentos más primitivos y machistas, se inclinan ante la visión conservadora de su jefe. Son la peor cara de la 4T, con un servilismo solo igualado por su sometimiento al patriarcado autoritario. Por otro lado, sin embargo, otras mujeres que no le son cercanas, aunque quizás votaron por él, están en pie de guerra y no piensan abandonar sus reivindicaciones, sobre todo en un ambiente de creciente violencia (hostigamiento, violaciones, feminicidios, etc.) contra ellas.
El Presidente ha cometido otro error garrafal en su gestión, al acusarlas de ser manipuladas y de ser parte de una conspiración de la derecha para darle un golpe de Estado. Lo cual hace inevitable la pregunta: ¿en verdad cree eso el Presidente? ¿Piensa que su situación es la de Madero en 1913 o Allende en 1973 y que el Ejército quiere derrocarlo? ¿o solo está actuando para ignorar el problema? En cualquiera de los dos casos, el diagnóstico es preocupante.
Me queda claro, sin embargo, que las mujeres no se van a quedar tranquilas ante esta violencia permanente y creciente. Llegaron ya a un punto de no retorno en su capacidad de aguantar gobiernos, que son no solo incompetentes sino, lo que es más grave, indiferentes ante la violencia. Y habrá muchos hombres que las acompañarán porque saben que sus reivindicaciones son justas.
Concluyo entonces retomando también lo que escribí hace casi un año: “Reitero entonces mi convicción de que, si alguien logra corregir a López Obrador, sin duda serán las mujeres. Y no solo en sus aristas más conservadoras y machistas, sino también en las más autoritarias y antidemocráticas. La razón es que todas éstas características suelen aparecer juntas. Las mujeres saben que no hay nada peor que un machín autoritario y que la mejor manera de defender sus derechos es limitar su poder”.
En los próximos meses veremos si ganan las mujeres, o se impone el conservadurismo de la 4T.
El Presidente ha cometido otro error garrafal, al acusarlas de ser manipuladas por la derecha