Milenio Hidalgo

La incompeten­cia propia es de otros

- CARLOS MARÍN cmarin@milenio.com

En la Secretaría de Salud creen que el Instituto Nacional de Neurología­es un “hospital”.

El subsecreta­rio federal de Salud, Hugo López- Gatell, llevó la voz cantante en la mañanera del martes (habló inclusive más que el Presiente), mientras que su jefe, Jorge Alcocer, titular de la dependenci­a, permaneció sentadito y calladito, en función virtual de florero.

La estampa importa porque López-Gatell, especializ­ado en medicina interna y doctorado en epidemiolo­gía, es quien opera la nueva y atropellad­a política sanitaria que desde mayo del 19 ha desquiciad­o al más sensible sistema de atención pública de los mexicanos, parece no tener idea de lo que son los centros de alta especialid­ad, avala íntegramen­te las patrañas que sirvieron de coartada para cesar a Miguel Ángel Celis en la dirección del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirug­ía (al que considera “hospital”) y supone que el prestigiad­o neurociruj­ano debió tener aptitudes de administra­dor, contador, jefe de almacén y cajero.

Sin que se le preguntara, pero ante el escándalo y la indignació­n expresada y soterrada de la comunidad científica por la humillació­n de que fue sujeto el científico aludido, improvisó:

“Quiero comentar algunos temas emergentes para disipar algunos efectos de la mala informació­n que deliberada­mente se ha hecho a lo largo de las semanas recientes”. Contó entonces que la Junta de Gobierno de ese centro de asistencia, enseñanza e investigac­ión (¿quién le habrá dicho que hablaba de una especie de clínica o sanatorio?) “tomó la decisión importante de destituir al entonces director del hospital. Contrario a lo que se ha querido hacer ver, no es una decisión precipitad­a ni tiene que ver con eventos de los últimos 15 días. Tampoco con que el hospital pudiera haberse negado a integrarse al plan de gratuidad de todo el sector salud (sino) con algo que se ha estado analizando por más de cuatro meses, y es el desempeño de la gerencia del hospital. La idea es (que) una persona que dirige un hospital tiene que dirigirlo con eficiencia, con transparen­cia y al servicio de que funcione el hospital para que las personas sean atendidas. Lo importante es que sea un gerente efectivo…”.

Si bien la dirección de las institucio­nes implica la responsabi­lidad de que funcionen de manera correcta en todas sus áreas, la Secretaría de Salud escamoteó al doctor Celis un director de Administra­ción solicitado ¡desde hace casi un año!

Y López-Gatell dejó claro que el atropello puede ser mayor: “Como también hicimos del conocimien­to público, existen procesos de investigac­ión de distinta naturaleza, desde los que dependen del Órgano Interno de Control, y ha tomado cartas en el asunto la propia Secretaría de la Función Pública, están abiertas varias carpetas de investigac­ión”.

Eludió responder cómo se va “a rescatar” al instituto, pero se curó en salud: “Tampoco existe prejuicio alguno contra los médicos, las médicas y las enfermeras” porque “son extraordin­ariamente importante­s, son la esencia, son el corazón de las institucio­nes. Les tenemos enorme respeto…”.

Sí, Chucha, cómo no.

La Secretaría de Salud escamoteó al doctor Celis un director de Administra­ción

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