Una vacuna contra el pánico
I nformar con rigor y datos reales, verificados y contrastados es una responsabilidad central del periodismo en cualquier momento, pero cuando se trata de hacerlo sobre una pandemia que se extiende a 40 países y afecta a más de 80 mil personas, cumplir cabalmente con esa responsabilidad es la diferencia entre crear sensaciones de miedo generalizado o permitir que las audiencias reciban los conocimientos necesarios para enfrentar la emergencia con serenidad.
La desinformación puede ser más peligrosa que el virus, sobre todo en sociedades altamente polarizadas como la nuestra. La información puntual y transparente de autoridades, médicos y comunicadores es la mejor vacuna contra el pánico.
Nemesio Rodríguez, titular de la Federación de Asociaciones Periodísticas de España (FAPE) lo resumen bien: “Cuanto mayor y mejor conocimiento sobre el coronavirus tengan los ciudadanos con nuestro trabajo, más se reducirá la sensación de miedo y de histeria que puede derivar de una información alarmista, basada en especulaciones y conjeturas sin fundamento”.
Ayer la Organización Mundial de la Salud informó que ya se cuenta con registro de más casos nuevos fuera de China que dentro de ese país. En su informe diario, el director de la OMS reveló que el virus se ha propagado por cinco continentes, incluidos África y América del Sur con casos en Argelia y Brasil. Esto significa que es solo cuestión de tiempo antes de que se registren casos en México. Ayer los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades advirtieron lo mismo sobre Estados Unidos. Estamos frente a una crisis sanitaria de consecuencias económicas y sociales todavía impredecibles.
Es momento de que el gobierno federal informe sobre los pasos que está tomando para hacerle frente a la llegada del coronavirus. ¿Cómo piensan detectar y diagnosticar contagios? ¿Cuál es el plan para aislar a pacientes infectados, rastrear contactos, ofrecer cuidado clínico de calidad y prevenir brotes epidémicos en hospitales? ¿Cómo van a priorizar la salud de los trabajadores médicos, informar a comunidades para brindar protección a las personas más vulnerables, trabajar con la comunidad internacional para proteger a países vulnerables como nuestros vecinos en Centroamérica?
Urgen respuestas.
La desinformación puede ser más peligrosa que el virus