Insumos de la democracia
E ntre el mar de ideas, preguntas y presagios que se escucharon durante la 3ª Semana del Periodismo celebrada en
Pachuca a la mitad de este mes de febrero, brotó una desafiante duda sobre la vigencia de la propia prensa en nuestra sociedad.Lejosdeunaafrenta,lainterrogación es oportunidad para mirar al futuro.
Como muchas cosas de la vida, la tecnología tiende a desplazar múltiples actividades que tradicionalmente harían personas. Las máquinas van a superar talentos humanos como por ejemplo estacionar un automóvil y harán incluso mejor algunos ejercicios intelectuales pero nunca podrán ejercitar las libertades o aportar insumos para la democracia.
Muchas noticias que usted recibe en su teléfono celular son procesadas por máquinas que saben redactar pero que son incapaces de dar una opinión; pueden efectivamente ofrecer contextos, estadísticas o antecedentes y plasmarlas en gráficos estéticos, pero ignoran su trascendencia.
Yo me niego a llamarle “inteligente” a cualquier teléfono porque la mejor definición de esta palabra está en su raíz etimológica: “intus” “legere”, es decir, “saber elegir” . Ese instante de luz que tiene el humano para decidir es insustituible. Y en esa esfera del intelecto habita el universo de las libertades y sentimientos.
El periodismo es una actividad humana que no podrá ser desplazada. La libertad de expresión es un bien social y los periodistas son ciudadanos emblemáticos que personifican este principio porque es condición imperiosa de su profesión. No lo es el papel periódico, ni el micrófono o la cámara; la verdadera herramienta de trabajo de los periodistas es la libertad.