Cuando el consenso no es necesario
No deja de sorprenderme que una entidad de carácter privado, como sin duda lo es la Federación Mexicana de Futbol, actúe como si se tratara de un organismo público o de tipo gubernamental.
¿A qué me refiero? ¿O por qué planteo este tema como el eje central de esta columna?
Ahora que todo parece estar encaminándose a que la la liga de Primera División se cierre y aniquile el descenso al menos durante cinco años, quedan un poco a expensas de las reacciones negativas de una serie de críticos.
Estos críticos, evidentemente de forma legítima, han planteado como principal argumento el de la mediocridad a la que se daría paso... Eso y el argumento paralelo de que las principales ligas de futbol del mundo (las europeas), sí tienen ascenso y descenso.
Y como el modelo europeo, según ellos, es el que debe regirnos, pues entonces plantean dudas a la FMF o a la propia Liga BBVA.
Se crea una incertidumbre gratuita cuando hay kilos de evidencia de que como están funcionando las cosas ahora solo se está generando un monstruo que no tiene ni pies ni cabeza.
El argumento central para cerrar la liga (con un numero ideal de 20 equipos) es el de darle certeza a los inversionistas que en el actual modelo están bajo un altísimo riesgo de que el dinero que pusieron se haga polvo. ¿Por qué tendría que importarnos poco esto? ¿Cuál es el chiste de convencer a un empresario o a un grupo empresarial de que le ponga 50 millones de dólares o más para que de tener un mal año ese dinero se convierta en nada?
Quién en un análisis serio puede enumerar las ventajas de un esquema tan endeble como el que ahora tenemos. Nadie.
Pero bueno, si desde la FMF o desde la Liga BBVA se quieren dedicar a generar consensos que una empresa o negocio como el que representan no requieren, allá ellos. Como sea, es cuestión de tiempo para que esto se arme.
Estos críticos han planteado como principal argumento el de la mediocridad a la que se daría paso