Milenio Hidalgo

Ikea lanza albóndigas veganas con menor huella de carbono

El platillo está está diseñado para que “parezca y sepa a carne”, a diferencia del primer intento de firma; ya comerciali­za perros calientes y helados sin ingredient­es animales

- RICHARD MILNE

Ikea comenzará a vender albóndigas de origen vegetal que tienen una huella de carbono 25 veces menor que las clásicas del grupo de carne de cerdo y de res, ya que el minorista de muebles para ensamblar busca reducir sus emisiones al probar ideas como el alquiler o la restauraci­ón de muebles.

El minorista de muebles más grande del mundo comenzará a vender las albóndigas veganas, que se hacen con proteína de chícharos, avena, manzana y papa, en agosto. Están diseñadas para que “parezcan carne y sepan a carne”, a diferencia del primer intento de Ikea de las bolas vegetarian­as.

Ikea lanzó perros calientes vegetarian­os, que tienen una séptima parte de la huella climática de los que están hechos con carne, a finales de 2018 y vendió 10 millones en el primer año, y comenzó a vender helados de fresa de origen vegetal.

El movimiento hacia más alimentos de origen vegetal es parte de una revisión del modelo de negocios de Ikea, ya que el minorista aspira a convertirs­e en un negocio “climáticam­ente positivo” para finales de 2030 al reducir más emisiones de gases de efecto invernader­o de las que emite. El año pasado fue el primero en el que logró reducir sus emisiones absolutas al mismo tiempo que aumentaba los ingresos.

Las ventas aumentaron 6.5 por ciento en el año hasta finales de agosto de 2019, mientras que las emisiones de los materiales, la producción, la cadena de suministro y el uso de productos de Ikea disminuyer­on 4.3 por ciento gracias a un gran aumento en el uso de energía renovable en la fabricació­n y a la venta de luces de mayor eficiencia energética a los clientes.

“Es la primera vez que rompemos la tendencia. Pero el viaje es más largo hasta 2030”, dijo Lena Pripp-Kovac, directora de sustentabi­lidad de Inter Ikea, propietari­a de la marca y el concepto.

El jueves, Ikea dio a conocer las medidas que estaba tomando para reducir sus emisiones y mejorar la sustentabi­lidad, como el aumento del uso de poliéster reciclado y el abastecimi­ento de madera y otros materiales más sustentabl­es.

También describió cómo hace pruebas de la venta de los servicios de suscripció­n de muebles, en los que los clientes no son dueños de los sofás o la cama que reciben de Ikea, sino que simplement­e los alquilan. Después de que el Financial Times dio a conocer su incursión en el arrendamie­nto de muebles hace un año, Ikea ya comenzó cuatro pruebas, que incluyen muebles para estudiante­s en los Países Bajos y equipos de oficina para pequeñas empresas en Suiza. También hace pruebas en la renovación y reventa de muebles usados como sofás.

“Es un cambio fundamenta­l. Estamos buscando prolongar el usodeprodu­ctosymater­ialesenla sociedad”,dijoPripp-Kovac,quien agregóque8­0porciento­delosprodu­ctos de Ikea fueron analizados para ver cómo encajan en su estrategia de convertirs­e en una empresa “circular” a través de la reutilizac­ión y el reciclaje de materiales.

Ikea pasó al uso de plataforma­s estándar —como se hace en la industria automotriz— para grandes muebles como sofás y sillas para facilitar el reciclaje y la restauraci­ón. Pripp-Kovac dijo que la compañía hace una evaluación sobre qué más se necesita, como un mayor suministro de repuestos, la capacidad de ampliar las camas para niños o cambiar los modelos de propiedad de los productos de Ikea.

La compañía se encuentra en medio de la mayor transforma­ción en sus 77 años de historia a medida que se aleja de sus grandes almacenes fuera de las ciudades hacia tiendas más pequeñas en los centros de las ciudades y las ventas en línea.

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YURI KOCHETKOV/EFE La minorista busca opciones a la fabricació­n de muebles para armar.

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