Al sur pasando por el centro
La Liga de Campeones de la Concacaf trabaja en todos sus niveles decorando un torneo que empieza a ofrecer prosperidad. La escenografía es estupenda, sus transmisiones tienen calidad, su dirección comercial busca rentabilidad, su marca crece utilizando “champions” como denominación, sus estadios se llenan y sus aficionados la reconocen como un título por el que sus equipos deben pelear. La fase de octavos llena de dramatismo, demostró que también dentro el campo está desarrollándose un importante sentido de competencia. La Liga no puede, ni debe competir con otros campeonatos regionales o continentales, sino funcionar como una organización complementaria que gane terreno a partir del prestigio de sus participantes. Seguir pensando que los clubes mexicanos pierden el tiempo con este torneo es una posición soberbia que no ayuda a resaltar el esfuerzo con el que se intenta darle brillo. Aunque corre el riesgo de convertirse en un mano a mano entre MLS y Liga Mx, Concacaf mantiene la esperanza de que el aguerrido futbol centroamericano consolide franquicias históricas que terminen dando batalla a los clubes del norte. Equipos como Saprissa, Olimpia, Comunicaciones, Alianza, Alajuelense, Real España, Herediano, Municipal o Motagua necesitan este torneo como el aire. Para ellos significa una enorme oportunidad de comercialización, comunicación y posicionamiento que resulta muy difícil de encontrar localmente. Pensar y trabajar como bloque es la única manera para elevar el nivel y seriedad de un área que pertenece a uno de los mercados con mayor capacidad de crecimiento en el mundo del futbol. Desaprovechar las razones “geodeportivas” que hermanan a un equipo de San Salvador con otro en la ciudad de Nueva York sería negar las raíces que dan a nuestra zona una riqueza cultural inconfundible. Cuando miramos al sur intentando descubrir nuestro verdadero potencial, olvidamos que pasamos por encima de Centroamérica sin ninguna cortesía. El objetivo no debe ser jugar la Libertadores, sino acceder a ella con honor deportivo buscando el salvoconducto en Concacaf. Honrar nuestra Liga de Campeones no es un paso atrás, sino una toma de impulso para salir disparados al frente.
Honrar nuestra Liga de Campeones no es un paso atrás, sino una toma de impulso para ir al frente