Progresividad en las instituciones
En meses pasados la capital del país vivió un fenómeno sin precedentes en cuanto a su magnitud. Se conformó un equipo de gobierno feminista con 17 mujeres en el gabinete, más las que llegaron a sumarse al interior de tales instituciones. Lo que lo convirtió en el equipo de mujeres feministas más grande al frente de un gobierno municipal en la historia del país.
Fue necesario que una pandemia (con un virus de características tales para su contagio a nivel mundial) se mantuviera los meses necesarios para no haber elecciones correspondientes a las presidencias municipales en todo el estado. El avance y los logros obtenidos en sus 100 días de trabajo, también fue un su- ceso novedoso.
Esto deja varias observaciones al respecto. Una de ellas es el reflejo de la preparación y organización que tenían las defensoras y académicas feministas previo a la designación del consejo interino, lo que facilitó la integración del gabinete y las diferentes secretarías e institutos gubernamentales. Tal preparación consistía en al menos tres aspectos, el primero es sobre su profesión, el segundo en tema de Derechos Humanos (que se convirtió en un pilar y bandera de tal administración) y el tercero sobre su experiencia. El resulto de todo fue un gobierno con una estructura sólida, con personas especialistas en cada puesto que se haya tenido y con acciones contundentes empujadas no solamente por voluntad política, sino también por argumentos en el cumplimiento de una agenda de Derechos y de Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Este fenómeno vivido en la ciudad, demostró la aplicabilidad de la causa que mantienen y las altas capacidades que las organizaciones feministas tienen. Sin duda, una vara muy alta de alcanzar para los gobiernos que les suceden.
Se conformó un equipo de gobierno feminista con 17 mujeres en el gabinete